Cap. Final HayaMin *-*

Bueno ps eso ;D acá con el final de este miniserial que me hizo reír bastante. Amo hacer renegar a ChangMin, pero sobre todo adoro que se vea esa personalidad suya llena de sarcasmo pero listo para enamorarse aún contra su voluntad.
Yo sé que algunas se dirán ¿Y qué fue con el YunJae y el YooSu? ;D bueno, se sobreentiende en realidad, además esto era HayaMin xD pero bueno, si me viene algo a la mente pues vuelvo con epílogo :D

Y nada, espero lo disfruten tanto como yo escribiéndolo. Las ideas fueron de Maki tbn, sorry que algunas las omití y otras las cambié *azH* es que tú sabes, sobre la marcha luego no sé para dónde dará mi ratón *(ja)* pero sé que de todas maneras lo amarás tbn :3

~~HayaMin~~

Parte Final

*****

Hayami se sentía genial, lo pensaba y se daba cuenta de que ChangMin era más vulnerable de lo que jamás se permitiría aceptar; y por supuesto, él no iba a fastidiarle con eso, siempre encontraba otras formas de molestarle sin exponer demasiado su orgullo. Además, le bastaba con saberlo y ser capaz de consentir esa vulnerabilidad con todo el cariño que le tiene pero sin ir contra su personalidad.

Lo ama tanto que a veces se pregunta si en verdad será necesario decírselo formalmente en una linda declaración, o si sería suficiente simplemente seguir como van. Tiene la impresión de que si le habla con aquella claridad, ChangMin incluso se iría huyendo de los sentimientos y el compromiso. Y tienen ya un mes viviendo juntos aunque ChangMin todavía suele ir primero a su departamento pero le acompaña sin preguntas cuando pasa por él para la cena y entonces simplemente es normal quedarse a descansar y dormir porque se ha hecho tarde y bueno, ya que tiene algunos pijamas –y más ropas– por ahí. ¡Pero no es que él quiera vivir con Hayami!

- ¿Has iniciado ya tu trámite por maternidad?... – inició la conversación mientras desayunan y le parece una rutina agradable que sea así todos los días, aunque tenga que levantarse más temprano y cocinar por triplicado y hasta levantarse de madrugada solo porque a su bebé le dio antojo y el morocho no es quién para limitar el buen apetito de su crío.

- Aún no lo decido…

- Cómo que aún no lo decides…

- No me he sentido mal, y gozo de muy buena salud, creo que podría trabajar casi hasta el día de la cesárea…

- No…

- No te estoy pidiendo permiso… - el morocho enarcó una ceja con gesto indignado.

Y es así también como parecen llegar lo que podrían denominarse sus primeras peleas matrimoniales. Aunque no sean de hecho un matrimonio, ni tengan tampoco establecida siquiera una relación formal.

- Y yo no te estoy preguntando si tomarás o no tu permiso de maternidad pre y post-parto; es tu derecho y es lo más seguro… - puntualiza con seriedad, dejando los cubiertos sobre la mesa mientras que el morocho mastica más fuerte y toma un largo trago de jugo de mango casi ignorándole… - ChangMin, hablo en serio…

- También yo. Mira, ok que seas el padre y que estés preocupado por nosotros, pero estamos bien y conozco los límites de mi cuerpo…

- Nunca te habías embarazado… - interrumpió… - nunca se había embarazado un hombre. No sabes realmente cómo puede ir todo en las últimas semanas. No te lo estoy diciendo solo por fastidiarte ChangMin, creo que en verdad debes tomar en cuenta las variables que no puedes controlar de tu experimento… - sintiéndose molesto por lo que considera una actitud irresponsable por parte del morocho, se puso de pie murmurando un simple “disculpa” y salió antes rumbo a su trabajo.

Mientras más lo pensaba, más se daba cuenta de que ama a ChangMin, pero que a veces su paciencia va en picada y desaparece en cuestión de minutos dejándole con esa sensación aprehensiva de vacío y miedo, incapaz de controlar sus emociones y temeroso de lanzar todo por la borda solo por preocuparse demasiado y ser sincero.

- Aunque no creo estar preocupándome de más, es él quien se olvida de las cosas más simples… - hablaba para sí mientras conducía y trataba de serenarse, poner cabeza fría y, a ser necesario, llegar a disculparse.

En tanto, ChangMin se quedó pensativo en el departamento de Mokomichi, terminándose sus alimentos mientras se percata de que es verdad, nadie le tiene la paciencia que Hayami le ha mostrado tan fidedignamente desde que se convirtieron en amigos hace años, y definitivamente, nadie le hace frente como él hasta hacerle ver sus errores y devolverle sarcasmo por sarcasmo y sacarlo de sus casillas cuando está de pésimo humor llevándolo a sus límites pero solo para que se de cuenta de que está equivocado o ahogándose en un vaso de agua. Y es que sí, Hayami podrá llegar a molestarle solo por fastidiar, pero siempre cuida no excederse ni pisotear su orgullo o jugar simplemente con él.

- El baka me quiere… - sonrió para sí terminando de desayunar y recogiendo los trastos que quedaban sobre la mesa… - y está bien, yo también quiero al baka; él ha sido la variable que menos consideré en mi experimento… - bufó sonrojándose ante su propia declaración, sonriendo de nuevo simplemente porque se siente bien y sus pequeños saludan dando pataditas y a él se le acelera el corazón, emocionado por el solo hecho de saberse enamorado… - pero que ni crea que se lo voy a decir… - bufó avergonzado…

Minutos más tarde salió rumbo a su trabajo, con todos los papeles listos para tramitar su “permiso de maternidad”, contando incluso con todos los argumentos legales que pudiera necesitar si es que llegaban a negarle el derecho por ser un varón y no una fémina.

…………………………

Hayami le agradeció a ChangMin la decisión que tomó respecto a sus cuidados prenatales con muchos besos, sonrisas y una grandiosa sesión de sexo que dejó al morocho más que satisfecho.

- Como me vas a tener aquí encerrado durante semanas, tendrás que ir pensando qué haré para no aburrirme…

- ¿Yo tengo que ver?

- Claro, eres tú quien insistió en que tomara mi permiso…

- No insistí, solo te lo dije una vez…

- Y luego te largaste dejándome solo, baka… - gruñó indignado, cruzándose de brazos pero dejándose hacer cuando el japonés le abrazó y llenó su rostro de besos antes de topar sus labios y besarle profundamente. Así como a él le encantaba ser besado…

- Lo dicho, eres un uke dominante imposible, Minnie… - el japonés sonrió acariciándole cariñosamente la tripa…

- Cállate… - gruñó…

- Oye ChangMin ah; te he estado observando, y he estado mirando fotos en internet y recordando a algunas compañeras de trabajo y… ¿No crees que tu tripa está demasiado abultada?

- Alucinaciones tuyas… - gruñó nervioso… - espera, ¿me estás diciendo gordo ¬¬?

- Gordo no. Solo digo que me parece que está demasiado grande tu tripa para un bebé…

- Hay demasiado líquido amniótico nada más… - carraspeó nervioso… - y ya deja de molestarme, tengo sueño… - aprovechando su condición y que el japonés no iba a chistarle con tal pretexto, el morocho se acomodó mejor entre almohadones y aquella postura semirecostado que le ayudaba a descansar sin que la espalda le torturara a los diez minutos…

- Buenas noches, Minnie… - sonrió todavía enternecido y acomodando los almohadones en su espalda, el japonés se dispuso a descansar también…

…………………………

- Yo creo que ya va siendo hora de que se lo digas a Hayami…

- Aún no es el momento, hyung…

- ¿Y cuándo se supone que va a ser el momento?... – el pelioscuro enarcó una ceja y puso las manos en sus caderas como madre esperando una respuesta definitiva…

- Ya lo veré… - el morocho caminó entonces por otro pasillo buscando más ropa para su bebé.

- Hayami merece saberlo ya, ChangMin… - insistió el mayor, caminando detrás de él…

Esa tarde Jaejoong y Junsu decidieron acompañarle a comprar más ropita y otras cosas necesarias para sus bebés ya que Hayami y él cuando han ido juntos de compras solo se han hecho de todo para un solo pequeño. Así que, en otras palabras, ChangMin realiza compras clandestinas por no decirle sobre los gemelos a su amigo.

- Hayami baka lo sabrá a su debido tiempo… - el morocho frunció el ceño comenzando a molestarse por la insistencia de Jaejoong porque hable con el japonés.

- Estás a tres semanas de dar a luz… - obvió el mayor…

- ¡Mira esto, Minnie!... – Junsu apareció de pronto con varios conjuntos de ropita sport para bebé, con la redonda cara iluminada y coloreada por un tenue rubor que casi hizo dudar a Jaejoong de que no fuera él el embarazado.

- No voy a comprar eso, Junsu ¬¬

- Pero por qué *^* si está precioso y les quedará de maravilla, y es para cuando tengan el año T^T

- Dije que no ¬¬

- Amargado ;o;

- Haya paz, por favor… - el pelioscuro se talló las sienes y mandó callar sobre todo al rubio, que una vez se ponía en plan mimado ni quien lo parara… - ChangMin, de verdad creo que debes acelerar todo y hacer que sea EL momento de decírselo a Hayami, él ha hecho bastante por ti y creo que merece que comiences a ser honesto, empezando por el hecho de que será padre de dos y no de uno como ha venido pensando; ya en el camino podrías aprovechar y confesarle que también estás enamorado de él…

- ¡Quién dijo que estoy enamorado de ése baka!... – respingó sonrojándose involuntariamente.

- Se te nota, aunque sigas siendo un renegón y todo… - Jaejoong sonrió ligeramente divertido por la reacción de su bebé.

- ¡Tonterías!

- Cuando se lo confieses, hazle una rica cena *-* no espera, no puedes cocinar, que Jaejoong umma te prepare la cena, decláratele de una manera romántica *w*

- … - Jaejoong y ChangMin optaron por no decir nada, o sería como darle cuerda y Junsu andaba de un hiperactivo.

- Solo hazme caso y díselo pronto, no sea que después te arrepientas, yo en su lugar no estaría muy contento si durante todo el embarazo supiera una cosa y resultara otra…

- No es como si le estuviera engañando con alguien, hyung…

- ¿Cómo vas a engañarle si ustedes son solo amigos? Nadie está hablando de eso de todos modos…

- Ya es tarde, pagaré esto e iré a mi departamento a dejar las cosas, luego tengo que volver al de Hayami baka y esperar por él, que quedó de llevarme a cenar… - gruñó entre dientes, sintiendo cierta molestia en su interior cuando Jaejoong dijo acerca de que Hayami y él son solo amigos. Lo cual es cierto. Ignorando las quejas de Junsu por querer encasquetarle la ropita que había elegido, ChangMin pronto tomó un taxi y dejó en el Mall a sus dos amigos.

- ¿Hyung, crees que ChangMin vaya a aceptar abiertamente que está coladito por Hayami?... – el rubio preguntó con una sonrisita…

- Espero, o Hayami terminará por cansarse de ser el amigo con derecho a roce que ChangMin parece haberse apropiado sin tomar en cuenta sus sentimientos.

- )3( no hables de amigos con derecho a roce o Yoochun aparecerá misteriosamente por aquí…

- ¿Eh?

- u//u es que todavía insiste en querer saber quiénes fueron mis amigos de esos, mi ratoncito sexy es un celoso )3(

- Ustedes dos son una caja de pandora, siempre me siguen dando sorpresas… - Jaejoong suspiró…

- Hyung, hyung… - el rubio de pronto se le colgó del brazo al mayor… - vamos a decirle a ChangMin que nos ayude a tener babys como él, ¿sí?... – dijo todo emocionado…

- Junsu ah, no te ofendas pero, no te imagino embarazado…

- Por qué no *^*

- Bueno… es que… cómo decirlo… Es como si pensara en un niño queriendo tener bebés, ¿entiendes?

- Jaejoong ah, soy perfectamente capaz de comportarme a la altura de un embarazo si decidiera estarlo… - el rubio dijo con súbita seriedad… - Aunque la mayor parte del tiempo me comporto como un crío, soy lo suficientemente maduro para tomar decisiones de ese tipo…

- Ok… - el mayor parpadeó varias veces, casi como si estuviera procesando la información. O más bien a ese Junsu de perfil maduro que sigue mirando ropa de bebé y al que le brillan los ojos, sinceramente ilusionado… - está bien, pero no sé si quiero ver a Yoochun sufriendo un paro al miocardio como le digas que quieres embarazarte…

- Yoochun será un gran padre, solo necesita un empujoncito… - el rubio sacó la lengua en gesto infantil… - y no puedes engañarme, hyung; estoy seguro de que tú también has estado pensando en los últimos meses acerca de esto…

- Bueno sí… vamos a dejar que ChangMin dé a luz y pase por lo menos la cuarentena antes de comenzar a hostigarle, ¿sí?

- ¡Sí! *0* ya quiero que pase el tiempo…

…………………………

Faltaban poquísimos días para la fecha programada para la cesárea. ChangMin se sentía algo nervioso –muy, pero no va a admitirlo, como otras tantas cosas–. Incluso esos días se ha negado en rotundo a compartir departamento con Hayami como habían venido haciendo. Y aunque el japonés insistió y casi le suplicó que se quedara con él ya que eran las semanas más delicadas y en cualquier momento podría comenzar a tener los dolores de parto, el morocho no movió un ápice su dedo del renglón y permaneció en su departamento acompañado sobre todo por Jaejoong y Junsu…

- No quieres tener semes rondando por aquí, ¿verdad?... – Junsu había dicho en broma una de esas tardes. Y ChangMin se había limitado como siempre, a gruñir.

Esa media tarde sin embargo, se había decidido en hablar con Hayami, decirle la verdad acerca de sus gemelitos y quedarse con él los últimos días. Por eso, había ido a su departamento, con un bolso lleno de ropita que ha comprado clandestinamente y el repentino deseo de soltarle también toda la verdad acerca de sus sentimientos y las variables de su experimento que habían cambiado su vida aunque él siguiera siendo el mismo chico de mal humor y sarcástico que saca de sus casillas a cualquiera.

- Oye Hayam… - su saludo quedó atorado en su garganta cuando sus ojos captaron aquella escena que le produjo un ardor en la boca del estómago y un punzante dolorcito en el pecho… - idiota… - siseó entre dientes al mismo tiempo que su mano pierde fuerza y el bolso cae al suelo haciendo un ruido sordo y él apresura sus pasos fuera del departamento del japonés…

- ¡ChangMin espera!... – Hayami gritó francamente aterrado de la pésima interpretación que podría darse a las cosas.

A saber, cuando el morocho abrió la puerta con cautela porque pensaba sorprender al japonés con su presencia, no pensó que la verdadera sorpresa se la llevaría él al ver a su Hayami besándose con una chica que, si bien recuerda, es compañera de trabajo del japonés.

- ¡ChangMin, te juro que no es lo que estás pensando!

- ¡Cállate! ¡Hayami no baka! ¡Estúpido mentiroso! ¡Déjame en paz!

- ¡Pero tienes que escuchar! ¡ChangMin…!

Una bofetada. El morocho le había abofeteado con todas sus fuerzas y el repentino rencor y dolor que verlo así con una mujer le había provocado. El japonés respiraba agitado por varias razones, el miedo era sin embargo el que más pesaba en sus pulmones. ChangMin lo estaba interpretando todo mal.

- Te odi…¡nghh!... – una contracción le hizo encogerse y llevarse las manos al pesado vientre… - ¡mierda!... – siseó frustrado… Ese no era el mejor momento para que sus pequeños decidieran adelantarse a conocer el mundo. Porque no tenía una familia de verdad que ofrecerles, porque había creído en el amor y le habían pagado con una profunda desilusión.

- Te llevaré al hospital…

- No necesito que te preocupes por mí ahora, puedo valerme por mí mismo… - espetó con la mandíbula apretada pues las contracciones estaban llegando una tras otra demasiado rápido…

- No puedes. Y hasta donde recuerdo todavía soy el padre de ése bebé… - el japonés dijo con seriedad, buscando en vano las llaves de su auto en los bolsillos de su pantalón… - espera aquí…

Pero ChangMin no hizo caso, cuando Hayami dio media vuelta corriendo de regreso a su departamento, él quiso correr lejos de ahí. Y olvidar a ser posible, la ilusión que estúpidamente se había formado. Pero incluso aunque intentó correr y alejarse, Mokomichi le dio alcance rápido y sin importarle que gruñera, lo maldijera y hasta le golpeara, lo subió a su auto en absoluto silencio. Después de todo, Hayami sabe que ChangMin enojado y a punto de dar a luz, no iba a escucharle y por tanto a creerle.

Cuando llegaron a la clínica de inmediato lo pasaron a una sala para hacerle un chequeo y decidir si era el momento indicado para operarlo…

- No tienen que preocuparse, los pequeños están muy bien, solo parecen tener demasiadas ganas de salir al mundo… - la Dra. dijo con una sonrisa. Aunque la pareja no se veía justamente feliz…

- Gracias Dra. Espere, dijo ¿pequeños?

- Por supuesto, los gemelitos…

- ¿Gem…gemelos? ¿ChangMin…?

- Pensaba decírtelo pero entonces tú decidiste engañarme con una mujer…

- Voy a dejarles un momento a solas, pero procure controlar sus emociones o definitivamente tendrá que irse de inmediato al quirófano… - la Dra. miró al japonés y salió de la sala. Ella les ha acompañado a lo largo del embarazo y puede jurar que esos chicos se aman, no puede creer que haya habido infidelidad ahí.

- No te engañé con nadie, ChangMin…

- Claro, imaginé a esa tipa pegada a ti… - ironizó…

- Es verdad, ella estaba besándome…

- Gracias por tu honestidad, ahora haznos un favor y lárgate… - el morocho tragó hondo conteniendo las repentinas ganas de llorar. ¡Las malditas hormonas!

- Déjame terminar. Ella estaba besándome pero yo no estaba besándola a ella porque simple y sencillamente no tengo el mínimo interés ni atracción por ella. Intenté explicárselo pero no me escuchó y al parecer pensó que podría seducirme, de un segundo a otro se me había lanzado encima sin darme tiempo a reaccionar, y cuando iba a apartarla apareciste y entonces te creaste toda una teoría acerca de mí siéndote infiel y mandando por un caño todo lo que hemos pasado juntos desde que me pediste que fuera el padre de tu hijo. No sé si he sido tan difuso o tú estás demasiado ciego, pero la única persona a quien quiero del modo más estúpidamente romántico y hasta masoquista, eres tú Shim ChangMin; grábate eso y ahora explícame cómo demonios es que nunca me dijiste que estábamos esperando gemelos.

- ¡Cá…cállate! ¡No me des órdenes!

- Deja de ser tan testarudo ChangMin, acabo de confesarme y todavía sigues con esa coraza que te impide decirme siquiera que también te gusto, que éste baka tiene un lugar especial en tu corazón…

- Ya sabes que no me gustan esas cursilerías y… y… - sollozó y se cubrió las manos maldiciendo por lo bajo lo ridículamente vulnerable que se sentía en esos momentos… - Creí que habías jugado conmigo, que tal vez cada que estabas en el trabajo te reías de mí a mis espaldas mientras te revolcabas con esa mujer…

- Solo a un tonto como tú se le pudo ocurrir tanto en tan poco tiempo… - el japonés se acercó sentándose a su lado en la camilla y tomando sus manos para descubrirle el rostro y limpiar esas lágrimas que casi le parecen irreales en el duro rostro del morocho… - Te Amo, ChangMin. A ti y a nadie más que a ti, bueno, ahora definitivamente tendrás que compartir todo mi amor con nuestros bebés… - sonrió entre divertido y conmocionado. Ver llorar a ChangMin era… surrealista. Y hermoso. De algún modo hermoso.

- No me obligues decir todas esas cursilerías que a ti se te dan de maravilla… - gruñó atrayéndole para abrazarlo y enterrar su rostro ruborizado contra su cuello… - yo también…

- ¿Tú también qué?

- ¿Qué te acabo de decir acerca de las cursilerías?... – gruñó todavía oculto ahí contra su cuello, dándole un beso y queriendo fundirse a él en el abrazo.

- Pero no es tan difícil, ChangMin-kun; venga, solo son dos palabras…

- Hayami baka…

- No, esas no; son otras dos palabras…

- Hayami baka…

- Tsk, que esas no…

- Hayami baka…

- Ok, entendido, no lo digas, Minnie tonto…

- Te Amo, Hayami baka… - susurró sumamente avergonzado y enfurruñado consigo mismo por el nivel de cursilería que el japonés había conseguido arrancar desde lo más profundo de su alma.

- Dios, nunca voy a olvidar este momento… - emocionado hasta la última fibra de su ser, Mokomichi le llenó de besos tiernos. Al menos, hasta que otra contracción y las que le siguieron obligaron a los enamorados a separarse y terminó con ChangMin en el quirófano.

…………………………

YunJae y YooSu entraron a la habitación donde Hayami y ChangMin esperaban pacientemente –vil mentira, gracias ;D– que les llevaran a sus pequeños para tenerles por fin en sus brazos…

- Sabía yo que tendríamos frijolito y galletita… - Hayami sonreía contento ante la noticia que la Dra. le había dado cuando le dejaron observar la operación…

- o.O cómo que frijolito y galletita… - Yoochun pensó que el japonés finalmente se había vuelto loco de tanto convivir con el morocho…

- *-* significa que tuvieron a la parejita Chunnie~ vamos a tener gemelitos también, sí Yoochunnie *w*

- cofcof ¿cuánto más tardarán en traerlos?

- )3( ratón feo no me ignores…

- ¿Ya decidieron los nombres?... – mientras el YooSu discutía sobre la futura familia, Jaejoong se acercó a su bebé curioso por aquel tema.

- Aún estamos en ello, ChangMin dijo que cuando lo viéramos por primera vez sabríamos cuál sería el adecuado; aunque ahora serán los adecuados… - el japonés sonrió dándole un sonoro beso en la mejilla a su gruñón novio. No se lo pidió formalmente, pero la declaración mutua les había bastado para saberlo.

- ¿Y para cuándo piensan casarse?

- Yunho hyung, no es este el mejor momento para que saques el tema a colación… - el morocho advirtió con cara de pocos amigos…

- Por ahí me enteré que eso de decidir los mejores momentos para las cosas importantes no es lo tuyo… - el moreno le riñó como auténtico padre inconforme con la soltería y recién estrenada maternidad de su cría.

- Junsu chismoso ¬¬

- No fui yo >3<

- Jaejoong hyung ¬¬

- Tienes que admitir que es verdad, bebé…

- No soy tu bebé u_ú

- Hablando de bebés… - un par de enfermeras entraron a la habitación con los pequeños bañaditos y vestidos en tonos blanco y amarillo… - Saluden a los pequeñines más hermosos de ésta sala…

- Son perfectos… - Hayami susurró embelesado, sujetando a la beba con sumo cuidado…

- Se parecen a ti… - ChangMin dijo cargando al bebo, sin darse cuenta de que indirectamente le había dicho Perfecto a Hayami…

- Alguien se está volviendo cursi… - Junsu susurró divertido, abrazándose más al pelinegro…

- Creo que tienen hambre… - una de las enfermeras dijo…

- Claro, en la maleta venían unos biberones…

- No va a necesitarlos… - la otra enfermera dijo con una sonrisita extraña…

- ¿Cómo…?

- Verás ChangMin ah, algo en tu experimento hizo posible que también fueras capaz de amamantarlos naturalmente…

- ¡WTF! O__O

- ¿En serio?

- Por supuesto Hayami, nada más mírale el pecho a ChangMin…

Cuando japonés y morocho centraron su atención sobre aquella parte de la anatomía del menor, constataron que la bata del hospital estaba… mojada.

ChangMin entró en algo parecido al shock. Y mientras Yoochun se burlaba de él diciendo que era mejor que no les diera pecho con su leche agria con el geniecito que se carga, y Junsu lo reñía recordándole que luego cuando tuvieran sus propios bebés ChangMin se las cobraría; Hayami aprovechó de ayudar a sus bebés a alimentarse acercándolos a los pechos de su novio, sonriendo tiernamente mientras los ve amamantarse y el morocho sale de su asombro cuando una succión de parte de su bebé le hace volver a la realidad…

- Oye, no tan fuerte, a umma le duele… - sonrió cariñoso, a decir verdad, demasiado feliz.

- Bueno, ya sabemos quién heredó el carácter de umma… - el moreno abrazó a Jaejoong besándole la sien y sintiéndose así de fácil con enormes ganas de embarazarlo también.

- Creo que Keitaro es el nombre perfecto para él, ¿qué opinas ChangMin ah?... – el japonés les acariciaba cuidadosamente la cabecita sin querer interrumpir la bella escena…

- Me gusta. Y ella, qué te parece si la llamamos Young-Jae… - el morocho sonrió mirando de reojo al pelioscuro… - algo parecido a su halmeoni, para que crezca tan fuerte y emocionalmente inteligente como él…

- Me parece excelente elección… - el japonés sonrió…

Jaejoong se conmovió hasta el llanto porque ChangMin reconocía así su admiración por él. Y se escondió abrazado a Yunho para que no le vieran llorar de emoción por el halago implícito.

Y fue así, como el experimento que ChangMin iniciara con el solo pretexto de alcanzar la plenitud como ser humano, le llevó a conocer no solo la dicha de la maternidad, sino también, de aceptar y conocer el amor incondicional que Hayami le ofrecerá para siempre.

Y quién sabe, quizá en cosa de unos meses más, su dicha también la experimenten Junsu y Jaejoong; y sean Yoochun y Yunho quienes tengan que sacar paciencia de cualquier parte para soportar a sus novios con las hormonas alteradas al por mayor.

- Te Amo, ChangMin… - y mientras Hayami le besa tiernamente abrazándole por la espalda y meciéndole cariñosamente en tanto observan el tranquilo dormir de sus pequeños en su nueva casa; el morocho sabe que de todos los experimentos de la humanidad, este fue su mejor elección.

- ¿Sabías que de los experimentos las variables son lo mejor?... – el morocho se giró en el abrazo para besarle de nuevo, algo más largo y confiado.

Porque sí, esa noche también quiere hacer el amor.

Un experimento de amor con variables que le hagan sentir perdido en la investigación.

**FIN**

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