Miniserial HayaMin parte 4

~~HayaMin~~

Parte 4

*****

¿Casarse con ChangMin?

¡Oh, por supuesto! Si tan solo el morocho se dejara querer un poco.

¿Pero qué hace?

Va y reniega de todo y por todo, hasta lo cree capaz de bufar si un insecto se le atraviesa en el camino cuando va al súper. Y no, de verdad, no está exagerando, que si hay algo que el japonés ha notado en la actitud del morocho, es que está peor que nunca, malhumorado, así como mírame y no me toques. Y vaya que tiene ganas de tocar.

- ¿Escuchaste lo que dije?... – el moreno cuestionó con mala cara.

- Perfectamente, Yunho hyung. Y créeme que encantado de la vida me casaba con ChangMin, pero dudo que siquiera tenga en sus planes aceptarme como pareja… - el japonés suspiró invitándole a tomar asiento y ofreciéndole algo de beber, el moreno accedió a una cerveza. La verdad es que ambos necesitaban urgentemente algo de licor en sus sistemas… - he intentado acercarme a él pero ya lo conoces, no está en su personalidad aceptar nada de tipo romántico; de hecho, aún me extraña que haya querido ser umma con ese carácter tan agrio que va a la quinta potencia con la alteración hormonal tan propia del embarazo.

- ¿No te parece más que claro?

- ¿El que me haya elegido a mí para ser el padre?... – el japonés sonrió de medio lado con un dejo de diversión.

- Exacto…

- También lo pensé. Estoy seguro de que le gusto, le atraigo de alguna manera, pero no creo que llegue al grado del romance, ¿entiendes?

Ambos suspiraron y dieron un trago a sus cervezas. Sí, claro que había entendimiento en aquello. Si tan solo ChangMin no fuera tan cabezota para esto de temas del corazón. Pero no, el chico era un borde y le daba encara siquiera pensar en arrumacos o besos tiernos. Si Hayami no lo recordara, lo reticente que se mostraba a aquellas demostraciones de afecto antes, durante o después de cada encuentro sexual; sobre todo después, era un lío siquiera querer dirigirle la palabra y le hacía sentir como un vil objeto para alcanzar su deseo de embarazarse. Pero eso no quitó en ningún momento el hecho de que se mantuviera firme al pie del cañón para enfrentar y sobrellevar su pésimo humor post-sexo.

- Tal vez debas hablarle lo suficientemente claro…

- Me mandará a la mierda…

- Sí, lo hará… - el moreno admitió que si algo tenía su crío en esas semanas, era absoluta sinceridad sin medir las consecuencias de sus palabras.

- ¿Era solo eso lo que venías a decirme? Porque en serio, a veces Jaejoong hyung y tú dan miedo con ese complejo de padres que adoptaron para con Junsu y ChangMin…

- ¡Cállate! El hecho de que me preocupe por mis hijos, quiero decir, amigos, no tiene nada de malo, y no es un estúpido complejo… - el moreno gruñó dando un largo trago a su cerveza.

- Seguro… - el japonés por su parte se permitió sonreír. Con amigos así, se puede pensar que una persona no requeriría de nadie más en la vida.

- Realmente le gustas, habrá que tenerle más paciencia para que se dé cuenta de que todo eso a lo que le huye y considera viles cursilerías con una sólida explicación científica, también le pasa a él.

Mokomichi sonrió decidiendo no decir nada al respecto. En el fondo, bien, no tan en el fondo; él también espera que ChangMin capte que está bien enamorarse y que su corazón hace tiempo tiene sus puertas abiertas de par en par esperando que entre y decida quedarse ahí para siempre.

…………………………

- Siempre que lo pienso termino más convencido…

ChangMin volteó a ver a Jaejoong, que miraba entretenido unos jeans en aquella tienda departamental.

- ¿De que los pantalones ajustados solo van con Junsu?... – el morocho aventuró francamente cansado de tanto mirar ropa por aquí y por allá, supuestamente para él, y que sean casi todas las bolsas del pelioscuro…

- No, bebé. ¿Quién dice que los pantalones ajustados solo van con Junsu ah? Yunho piensa que se me ven sexys también. Y de todas formas, a lo que me refería es a que estás perdidamente enamorado de Hayami… - el pelioscuro sonrió hasta con la mirada. Y si el morocho hubiera tenido algo que escupir, lo habría hecho, y en ese lindísimo rostro perfecto. Por lo tanto, se limitó a gruñir. Ese debe ser su estado natural. Fierecita gruñona.

- No soy tu bebé… - espetó dándole la espalda y caminando hacia otro de los pasillos mirando cuanta prenda a su paso aunque realmente no le interesaran. ¿Por qué demonios no estaba negando estar enamorado de Hayami?... - ¡Maldición! Es que ahora todos van a pensar que por el solo hecho de cargar a nuestro hijo tengo algún tipo de sentimiento romántico por él…

- Tanto pensar lo obvio también puede dañar tus neuronas, Minnie~~

Jaejoong canturreó pasándole por un lado, pellizcándole maternalmente una mejilla y perdiéndose de nuevo en los probadores. ChangMin frunció el ceño por el gesto materno y se mordió el labio inferior conteniendo la cantidad de maldiciones que estaba listo para soltarle al mayor. Solo por ahora, le dejará en paz. Sí, eso, está de buen humor y va a ser gentil. No es que tenga que ver con ningún otra cosa, como que esté pensando en Hayami, en sus sonrisas, en su mirada paciente y altanera, en sus manos fuertes sujetándole la cintura ni sus caderas golpeando la humedad de su…

- ¡Y ahora porqué va rápido mi corazón! Maldición. ¡No estoy enamorado de Hayami! ¡Y menos quiero acostarme de nuevo con él!... – Nos estamos volviendo expertos en obviar, ¿verdad?

…………………………

4º mes de embarazo

Si haber llegado hasta ahí es un gran logro. ¡Merecía algún tipo de premio! Si tenía que ver con Hayami desnudo en la ducha haciéndole compañía, estaría perfecto.

- ¡Maldición! ¡Yo NO estoy pensando tanta estupidez!... – gruñó, para variar, mientras el chorro de agua sigue cayendo sobre su espalda y él permanece inclinado con la cabeza gacha tratando, en vano si alguien lo pregunta, de ahuyentar aquellos pensamientos de su cabeza.

El vientre ligeramente abultado ya resaltaba y se le veía sinceramente, lindo. Sí, lindo aunque al morocho aquél mote cariñoso le haga rabiar sobre todo si viene de Junsu o Hayami. Del rubio porque no creé que haya ser más lindo que ese ser andante de ternura, y del japonés. Porque es Hayami y punto.

- Y encima me ducho para ir a cenar con él… - bufó… - Debería simplemente ignorar la invitación y decirle que me encuentro indispuesto. Mejor no, es capaz de alterarse y venir corriendo pensando que algo va mal con el embarazo. ¡Argh! ¡Maldito, maldito! ¡Me hace pensar demasiado y altera mis hormonas! ¡No, no, no, no! ¡Mis hormonas se alteran por el embarazo, no por Hayami!

Cansado de gritar a la nada y escuchar el eco de sus propios gritos, el morocho comenzó a maldecir entre dientes y terminar de ducharse.

Si el verdadero milagro es que su estado de gestación siga de maravilla a pesar del carácter tan irritable que el morocho se ha cargado en todas esas semanas.

…………………………

El japonés sacó el platillo del horno y terminó de decorarlo antes de llevarlo a la mesa y colocarlo por ahí. La cena estaba lista y él tenía pocos minutos para terminar de arreglarse. Estaba nervioso, claro que lo estaba. Hace semanas que lo viene pensando, y aunque le digan que no, él está dispuesto a declararse esa noche.

- Me mandará a la mierda… - rió para sí entre divertido y nervioso antes de correr a su habitación para asearse y vestirse.

Minutos más tarde, a las 7:30 en punto, Hayami salió disparado de su departamento con rumbo al de ChangMin, que no quedaba a más de 10 minutos. Así que al volver, la atmósfera en su hogar seguía siendo cálido y olía exquisito a pollo y espagueti.

- Estás muy guapo… - el japonés halagó por segunda vez. Es que ya lo había hecho apenas le vio cuando fue por él. Pero estaba tan nervioso (aunque no se le notaba) que no encontraba tema de conversación para dispersar la repentina sensación de incomodidad que se instaló en su comedor.

- Eh… gracias, supongo… - el morocho tomó la copa y tomó un poco de agua. Sus labios estaban demasiado secos y él no dejaba de pensar en la sexy boca de su amigo… - Tú también te ves muy bien, casi parece que tendrás una cita…

- Estoy en una cita… - Hayami puntualizó sonriéndole sincero y el morocho tuvo que apartar la mirada y maldecir por lo bajo por sentir sus mejillas tibias sonrojándose… - Para cuándo es la siguiente eco…

- Hasta el próximo trimestre, aunque si quiero puede solicitar una antes; pero como me siento bien creo que mejor esperaré hasta entonces…

- Claro…

Y otra vez ese silencio inquietante que se abre paso entre los dos. No se escucha más que el tintineo de los cubiertos contra la porcelana de la vajilla. Aunque si prestaran un poquito de atención, también escucharían el latir apresurado de sus corazones.

De aquel modo la cena transcurrió sin mayor novedad. Al final Hayami recogió la mesa siendo ayudado por ChangMin quien solo le gruñó una vez si solo se atrevía a decir que no debía hacer esfuerzos…

- Solo tengo cuatro meses, no estoy a punto de parir… - esas habían sido las lindas palabras del morocho.

Y así sin más, se habían puesto a lavar los trastos y a dejar limpio el comedor. A ChangMin le estaba entrando un calor increíble y a Hayami le daba la impresión de que eran una pareja viviendo bajo el mismo techo. Excepto que si fueran pareja la cosa no marcharía tan tensa entre los dos.

Y él, ya se estaba arrepintiendo de decirle nada sobre sentimientos y el elaborado discurso que se tomó la molestia de pensar para declararse.

De pronto ya no le apetecía ser mandado a la mierda.

- Hayami…

- Dime…

La mirada transparente de Hayami le hizo acobardarse.

- Nada… bueno, que la cena estuvo deliciosa, creo que cocinas mejor que Jaejoong…

- Gracias… - el japonés sonrió terminando de acomodar las cosas en la alacena, pero para cuando se giró, el morocho estaba justo a unos centímetros de él, con las mejillas ruborizadas y los labios entreabiertos como quien quiere decir algo pero no sabe cómo hacerlo o no tiene claridad de lo que quiere expresar… - ¿Sucede algo, ChangMin?

- N-no… Nada, no sucede nada… - respondió pero no se movió ni un centímetro, con la mirada perdida en el punto muerto sobre el hombro del japonés, el morocho luchaba por controlar la revolución hormonal de su cuerpo y evitar saltarle encima a su amigo.

Hayami estudió el comportamiento de ChangMin tratando de entenderlo. Y no supo si era simplemente su idea y las ganas que tiene de volver a besarle, o si realmente leyó bien a su amigo. Pero ninguno se detuvo cuando sus rostros se acercaron y sus labios se fundieron compartiendo un beso húmedo, ansioso, necesitado.

…………………………

Junsu estaba contentísimo ahí, sentado en el regazo de Yoochun, dejándose mimar, sonriendo entre besos y radiante. Estaban de aniversario de noviazgo y la parte más tranquila de la velada acababa de pasar, la cena; venía lo mejor, la hora de los mimos, los besos, las caricias y luego; todo el amor apasionado que el pelinegro le promete con su profunda mirada llena de deseo.

- He estado pensando…

- Mh…

- Ver a ChangMin tan bien con lo de su embarazo… - el rubio echó la cabeza hacia atrás dejándole todo el espacio posible para que su novio siguiera besando y lamiendo con paciencia su largo cuello… - Me preguntaba si también podría embarazarme…

- ¿Qué?... – la mirada inquieta del pelinegro le buscó de inmediato.

Hasta se veía demasiado divertido con el cabello todo revuelto (gracias a los dedos juguetones de su novio) y los ojos desorbitados, las mejillas cubiertas de rubor, los labios entreabiertos y una ligera capa de sudor comenzando a perlarse en su frente. Junsu ya sabía que esa reacción iba a venir, después de todo nunca han hablado de familia.

- Solo digo que lo pensé, no es que quiera embarazarme ahora… - tranquiliza llevando de nuevo sus dedos entre los mechones azabaches de su novio, regalándole suaves besos por todo su rostro en espera de que se olvide del tema. Aunque ya sabe, que de hecho no lo hará. Una punzada de culpabilidad le atacó, pero pronto la mandó al olvido, esa era su noche, tendría que aprovecharla al máximo… - vamos Yoochunnie~ sigo esperando a que me tomes… - susurró con tono sensual, mordisqueando el labio inferior de su novio y tirando suavemente de él…

- nhh… - un jadeo ahogado y sus manos apretujando el trasero de su novio obteniendo gemidos quedos era todo lo que necesitaba esa noche. Nada de quebraderos de cabeza sobre paternidad y todo lo que conlleva. Al menos no esa noche… - Te Amo, Junsu ah…

- Y yo a ti, Chunnie… - sonríe y se deja hacer, posterga el tema y coopera cuando su novio ha comenzado desnudarle…

Esa noche, solo quiere sentirse amado entre los brazos de su novio.

…………………………

5º mes de embarazo

- ¡Benditas hormonas del demonio! ¡No me hagan esto de nuevo!... – bufó dando vueltas por la estancia de su departamento… - Si bien sabía yo que estaba mal, no debí dejarme arrastrar aquella noche y terminar encamado con ese baka…

Y para información general. ChangMin estaba caliente, en el más morboso sentido de la palabra. Y lo único que daba vueltas en su cabeza eran los recuerdos de aquella noche cuando cenó en el departamento de Hayami. Del exquisito postre que disfrutó, de las caricias, los besos, los susurros, el calor del roce de sus pieles, los jadeos, los gemidos roncos, su nombre dicho una y otra vez cuando embestía contra su cuerpo…

- ¡No puede ser!... – gimoteó exasperado, tirando de sus cabellos y yendo a su cocina por algo helado. Un vaso de agua se perdió rápido por su garganta pero no fue suficiente para calmar las ganas y el calor corporal de su cuerpo ascendiendo cada minuto. Así que terminó por sacar un bote de helado de su nevera y comer directo de ahí, sentarse ante el ordenador y recurrir a lo único sano para su mente en aquellos momentos de emergencia.

Sus videos especiales. O lo que es lo mismo. Porno.

Sí, bien enterados. ChangMin tenía la vista pegada al monitor con el volumen alto torturándole los oídos pues llevaba los audífonos (por aquello de evitarle los traumas a los vecinos chismosos) y una tras otra cucharada de helado de fresa en su boca. Sin darse cuenta, el inocente gesto de comer helado se volvió un seductor encuentro de lamidas y jadeos guturales que nacían desde el fondo de su garganta mientras su entrepierna se erguía cobrando vida y su mente sustituía burdamente a los personajes de aquella escena de sexo por ellos dos.

Todo con tal de no caer de nuevo, literalmente, encamado con Hayami.

…………………………

23ª semana  de embarazo

Masturbarse y tener cuanta fantasía sexual se le ocurrieran a sus más alocadas neuronas, ya no era suficiente. ChangMin necesitaba contacto real.

Por eso estaba ahí, frente al departamento de Mokomichi sin animarse en llamar a la puerta pero seguro de que él se encontraba ahí…

De pronto, la puerta se abrió y Hayami apareció ante los ojos del morocho…

- ChangMin ah… - el japonés le miró sorprendido pues realmente no le esperaba…

- Vas… - carraspeó y maldijo mentalmente su repentino nerviosismo… - ¿Vas de salida?

- Pues… sí, pero si quieres…

- Oh no, está bien, no era nada importante… - el morocho se dio media vuelta, con el ceño fruncido y unas ganas enormes de patearle el trasero. Con tantos esfuerzos que se decidió en ir y lo va a dejar votado como si nada por irse a quién sabe dónde con quién sabe quién… - baka… - gruñó por lo bajo pulsando el botón del ascensor.

- En serio, ChangMin; mi amigo puede esperar…

- ¿Amigo? ¿Qué amigo? ¿Qué vas a hacer con ese amigo?... – el morocho se mordió tarde la lengua para evitar que las preguntas (con tono celoso, gracias) salieran a borbotones de su boca.

- Es alguien del trabajo que no conoces. Pero de verdad, puedo llamarle y decirle que estaré ocupado si necesitas algo…

- No, gracias. Que te vaya bien y te diviertas con tu amigo… - siseó más molesto. El ardor en la boca del estómago le hacía sentir sin embargo impotente y frustrado. Él no tiene derecho alguno sobre lo que su amigo decida hacer o dejar de hacer con su vida personal.

- Deja de hacer corajes y escúchame. Es un amigo nada más, no hables como si estuvieras aludiendo algo más…

- No estoy aludiendo nada… - intentó entrar al ascensor pero el agarre firme del morocho se lo impidió, arrastrándole luego (no sin cierta precaución que todavía es un hombre embarazado) de regreso al departamento… - ¿Qué quieres?

- Que me digas a qué viniste a buscarme…

- Ya te dije que… - los labios del japonés sobre los suyos le callaron de inmediato…

Y aquel simple contacto, disparó todo el deseo que durante semanas estuvo reprimiendo.

…………………………

- Creo que es momento de que hablemos seriamente… - Hayami le dijo un par de días después, luego de que terminaran de nuevo teniendo sexo. Exquisito, placentero y apasionado.

- Hablar de qué, no hay nada que…

- Vive conmigo…

- ¿Qué?

- Vente a vivir conmigo…

- ¡Ni loco!

- Por qué no…

- Porque no, tú y yo no somos nada, Hayami…

- Porque sigues haciéndote el difícil, ChangMin…

- Sería un total fracaso…

- Solo vente a vivir conmigo y ya veremos cómo van las cosas…

- No…

- Eres imposible…

- Por qué tengo que ser yo el que se mude, múdate tú conmigo…

- Mi departamento es más amplio…

- Y qué…

- Queda más cerca de tu trabajo y el mío…

- ¡Por 10 minutos!

- Pero es más cerca…

- ¡No me da la gana mudarme, múdate tú si quieres!

- Yo te lo pedí primero…

- ¡Argh! ¡No me hagas enfad…! – Hayami decidió callarle con otro beso. Y ya luego, terminarían la discusión.

Por supuesto, ChangMin tendría que mudarse…

Y eso, por alguna razón, parecía ser una relación ¿viento en popa?

Continuará……

Hello gente bonita :3 awww que sepan que estoy disfrutando mucho escribir esto, hacer enfadar a ChangMin es mi actividad favorita en la vida, después de hacer que el YooSu se ame *-* y que el YunJae sean buenos padres *w* xDD el caso es, que acá seguimos, gracias a quienes han comentado <3 me ha dado gusto leer que a algunas personas esta couple del HayaMin le ha agradado tanto que se ha ganado un lugarcito en su corazon yaoiesco *u* 

Ya Ne!! ;D