Capítulo 12 UNEXPECTED DESTINY

CAPÍTULO 12. PARTY

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Departamento de Okada Masaki

El japonés suspiró antes que ser capaz de dar respuesta a la pregunta del menor Mokomichi. Se acomodó en el sofá echando ligeramente el cuerpo hacia el frente, como para darle a entender al menor que le estaba dando toda su atención.

- Min Woo-kun, quería despedirme de ti. De verdad quise hacerlo, pero no podía.

- ¿Por qué no? Si ibas a marcharte después de estar varias semanas en casa y haberme hecho sentir que éramos amigos, ¿qué te detuvo de hacer algo tan simple como decir “hasta luego”?

- Que no iba a despedirme de solamente un amigo.

Okada respondió. La reacción de Min Woo fue la sorpresa, sus ojos se abrieron de par en par, sus mejillas se colorearon involuntariamente y su corazón latió de prisa.

- ¿Qué significa eso?

- Me gustas, Min Woo-kun. Eso significa.

- Entonces, por qué te fuiste. ¿Es por mi estado?

- Que estés embarazado no tiene nada qué ver con que me haya ido. Min Woo-kun, me fui de tu casa porque no puedo quedarme contigo.

- No lo entiendo. Te gusto y… tú me gustas, Masaki hyung… - el menor admitió con el rostro encendido de vergüenza, pero también con miedo. Una declaración que debiera parecer una de las cosas más bellas de su vida, estaba resultando un momento doloroso.

- Lo sé. Y no es que sea ególatra ni mucho menos. Me di cuenta de que te gusto por la forma en cómo me tratas, tal vez te gusto de hecho por la forma en que te traté.

- No me gustas porque esté agradecido por cuidar de mí y acompañarme cuando más lo necesité. Creo que no es solo eso, siento que me gustas por algo más pero, tal vez soy demasiado joven para elegir las palabras adecuadas para decirlo. Aún así, no entiendo por qué te fuiste, por qué dices que no puedes quedarte.

- Volveré a Japón cuando termine mi año de Universidad…

- Pero aún falta tiempo para eso…

- Aún así me iré. Min Woo-kun, aunque te amara con toda mi alma, y estoy seguro que eso no es difícil de hacer, me iré. Y tú no necesitas a otro hombre que esté contigo temporalmente, necesitas a alguien que esté contigo de ahora en adelante, para cuidar de ti y de tu bebé. Y aunque quisiera ser ese alguien, no puedo.

Min Woo sintió lágrimas acumularse en sus ojos, se le atravesó un nudo en la garganta y todo lo que podía hacer era tragar hondo para evitar derramarlas. Se sentía impotente, y no alcanzaba aún a comprender la postura de Masaki.

- Solo dime por qué… por qué no pudiste quedarte en casa, por qué no puedes quererme un poco más, por qué no podrías quedarte conmigo y mi bebé…

- Tengo una promesa que cumplir en Japón… Lo siento, Min Woo-kun.

- ¿Una… promesa? – el menor preguntó por inercia. Imaginando que tipo de promesa podría ser. Alguien le espera, alguien a quien puede darle todo eso que él quisiera tener de un amor verdadero y mutuo.

- No es lo que estás pensando…

- ¿Y qué debería pensar, Masaki?... – una lágrima rebelde rodó por la mejilla del menor.

- No se trata de una promesa de amor. Bueno sí, pero no es un amor romántico, sino filial. El amor a mi único hermano, a quien le hice una promesa que debo cumplir… - el japonés suspiró desviando la mirada por primera vez en todo ese tiempo, sintiendo en su garganta ese nudo que pesado se le atora en el corazón.

Min Woo trataba de entenderlo, pero todavía faltaban tantos detalles que le resultaba imposible. De algún modo también tenía miedo de preguntar más. Se quedaron en silencio unos minutos que parecieron eternos, Masaki no ha vuelto a mirarle, se estruja las manos con nerviosismo y muerde su labio inferior como si así evitara decir algo más. El menor Mokomichi suspiró, sintiendo sus pestañas húmedas, probablemente por esas lágrimas que no derramó pero que seguían prendadas en sus ojos.

- Discúlpame por haber venido a preguntar. Es hora de que me retire o mis padres se preocuparán… - Min Woo se levantó tan rápido que se mareó.

- ¿Estás bien? – Masaki se apresuró a su lado, inconscientemente rodeó su cintura para darle apoyo, sentándose juntos nuevamente en el sofá.

- Solo me maree un poco. Pero ya pasó, tengo que irme.

- Pediré un taxi para ti.

- No es necesario. Estoy bien… - Min Woo forzó una sonrisa en su rostro. Masaki quiso insistir, pero pensó que sería mejor si solamente lo dejaba ir tranquilo y no forzar más esta conversación.

- Te acompaño a la parada del autobús entonces. ¿Irás al metro?

- Sí.

Cuando ambos muchachos salieron del edificio, ChangMin esperaba recargado en uno de los pilares.

- ¡Umma! – Min Woo se puso nervioso al verle. No le avisó que iría a hablar con Okada y no quiere que se haga ideas equivocadas.

- ¿Volvías ya a casa? – el morocho preguntó con tranquilidad, su hijo asintió… - Espérame en el auto, ¿quieres? Necesito intercambiar unas palabras con Masaki.

Min Woo miró a su umma y a Masaki. Cuando Okada le sonrió tranquilizador, el adolescente se decidió en dejarles a solas, subió al auto y aguardó.

- ChangMin-san… - el japonés hizo una venia a modo de saludo…

- Masaki… - el morocho le devolvió el gesto… - Lo que tengo que decir es breve. Lamento haberle pedido a Hayami que te pidiera salir de nuestra casa, tal vez actúe egoístamente.

- Actuó como buen umma que es, no tiene que disculparse conmigo, ChangMin-san. Respeto su decisión.

- Sé que lo haces. O no te habrías ido de mi casa tan respetuosamente como lo hiciste. Te estoy inmensamente agradecido por haber cuidado de Min Woo estas semanas. Y sé que él también te agradece. Sé que se encariñó contigo, y creo que tú con él.

- ChangMin-san…

- Déjame decir una última cosa… - el morocho sonrió, casi apenado por el motivo real de su visita… - Y esto sonará un poco contradictorio ahora que no vives con nosotros, pero… es un favor que voy a pedirte personalmente, no se lo mencioné a Hayami tampoco. No dejes a Min Woo…

- ChangMin-san, Min Woo no necesita de un hombre que le acompañe durante un tiempo…

- Tal vez tengas razón. Sé bien que tienes que irte cuando termines tu año en la universidad. Pero este tiempo, pienso que a Min Woo le hará bien tenerte cerca. Pensé, cuando le pedí a Hayami que hablara contigo, pensé que para Min Woo nosotros seríamos suficiente, su familia y nada más. Pero cuando veo sus ojos, solo veo tristeza y soledad, un vacío que nosotros nunca podríamos llenar.

- No voy a quedarme, ChangMin-san. No puedo. Quedarme por unos meses con Min Woo, hará más difícil para los dos despedirnos después.

- Solo piénsalo, Masaki. Piénsalo un poco más… - el morocho le palmeó el hombro y luego dio media vuelta, marchándose de inmediato con su hijo.

- ¿Qué has hablado con él, umma?

- Nada de lo que tengas que preocuparte, Min Woo ah… - el morocho le sonrió cariñoso. Como cuando el adolescente era un niño y umma le mimaba.

Min Woo extrañó de pronto aquellos momentos. Extrañó ser un niño y no tener que preocuparse por nada más que jugar y hacer algunas travesuras menores –sus hermanos siempre eran ases en ello, así que él siempre quedó parado como un tierno niñito–. Extrañó los días en que acurrucarse en el regazo de su umma confortaba cualquier angustia que pudiera tener.

*****

El día esperado por muchos finalmente había llegado. La gran fiesta de aniversario de la revista SCANDAL. Los invitados comenzaron a llegar puntualmente al local. Había allí una alfombra roja en elegante apertura del evento, las estrellas que han sido importantes para las portadas mensuales de la revista desfilaban por ahí con sonrisas orgullosas. Algunos atrayendo todos los reflectores de otros medios de comunicación que estaban cubriendo el evento que ha generado revuelo a nivel nacional. Quizá más allá de las fronteras de surcorea.

Desfilaron bellas mujeres, atrayendo la atención de los espectadores que se han reunido fuera del lugar aquel donde se llevará a cabo la fiesta, todas y cada una de ellas sonriendo y portando sus mejores vestidos de gala. Pero pese a todo, fueron algunos personajes los que levantaron el clamor de toda esa gente moviéndolos con súbita admiración. Hombres sexys que sin importar su edad seguían causando el fenomenal efecto de la seducción. Mujeres y hombres de diferentes edades gritaron sus nombres y lanzaron sus miras hacia ellos, resplandecieron cientos de flash´s y la ovación no paraba de pedir que se quedaran un poco más en la alfombra roja deleitándoles con su espectacular presencia.

Sin embargo, tenían que continuar porque el show estaba por comenzar. Una vez dentro los saludos comenzaron. Jaejoong respingó todavía incapaz de acostumbrarse a la extravagante presencia de Heechul, que acompañado por Siwon se acercó a saludarles como si hiciera años que no se ven.

- ¡Yunnie~! – Heechul saludó al moreno efusivamente, lo que disparó los celos del pelioscuro. Aunque claro, no hizo absolutamente nada por demostrarlos, ante todo serenidad.

- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así? Solo mi JaeBoo puede hacerlo… - el moreno dijo con seriedad, apartando al molesto hombre de sí…

- ¡Y ustedes ni con los años cambian! Como si tuviera algo de malo que te llame así… - Heechul frunció los labios en un gracioso mohín de disgusto.

- Vamos Hee, no les hagamos enfadar cuando la fiesta apenas comienza… - Siwon rodeó la cintura de su novio-amante-algo y le llevó a saludar a otros conocidos por ahí.

- Bueno, tal vez exageramos un poco… - Jaejoong suspiró… - Pero no me gusta que te diga así… - inconscientemente un puchero brotó en sus sensuales labios. El moreno sonrió.

- No importa, Heechul tiene que aprender a escucharme alguna vez en la vida. Si le digo que no en algo tiene que hacerme caso… - Yunho sujetó la mano de su esposo y siguieron el camino, saludando a viejos conocidos.

Yoochun y Junsu andaban en lo mismo, parándose casi cada dos o tres pasos porque alguien les reconocía y no dejaba pasar la oportunidad de preguntarles el típico “cómo han estado”. La misma historia se repetía para ChangMin y Hayami. Y cuando Hiro Mizuchima apareció en el radar de Mokomichi, fue inevitable que cierta tensión se generara entre los dos. La vieja rencilla por el corazón de ChangMin sería una astilla incapaz de sacarse de la piel.

- ¿Qué tal? – Hiro preguntó, su vista particularmente centrada en el morocho.

- Contentos con nuestras vidas, ¿y tú? – Hayami fue quien respondió, pese a que su compatriota no le despegaba la mirada a su esposo.

- Esperando encontrar a su gemelo… - Mizuchima sonrió altanero, recorriendo de pies a cabeza al morocho… - ¿O es que no llegaste al mundo en par?

- Idiota… - ChangMin bufó entre dientes, y sin más le sacó la vuelta jalando a su esposo con él. No le apetecía en absoluto sentirse como un jovenzuelo cuando roza los cuarenta.

Por ahí, entre el tumulto de gente, Jo Kwon y Qi Diva se encontraron con la reportera estrella de la revista. El encuentro fue… imparcialmente femenino.

- ¡Mai luv! – Qi Diva hasta se olvidó (por unos momentos al menos) de su esposo Daito, saludando a su amigo muy al estilo europeo o de la pomposa élite de la sociedad, un beso en cada mejilla.

- ¡Oh my! ¡Pero si los años no pasan por ustedes, mis queridos! – la reportera estrella se veía más que emocionada con verles. Todo y que no hacía más de un par de semanas que se habían reunido en un café a comadrear.

- Tampoco por ti, querida~ - Jo Kwon dijo con ese timbre de voz tan suyo.

- Seguro, pero me ha costado una buena cantidad de dinero en montones de cremas, y estoy segura de que la belleza de ustedes dos es impecablemente natural… - la mujer sonrió radiante cuando vio a sus amigos admitir en silencio sus palabras. La vanidad había llegado también.

- Pero dime, ¿es que no has traído pareja? Querida comienzo a preocuparme por tu soltería… - Qi Diva dijo con solemne expresión de incredulidad.

- ¿Qué hay de malo en la soltería? – Jo Kwon lanzó casi indignado, con una de esas poses de reina que se le han dado siempre tan bien… - Más machos que poder saborear cuando plazca, ¿no? – le guiñó un ojo a la reportera estrella, que un poco avergonzada por la implicación de las palabras atinó a asentir.

- ¡A ti te buscaba! ¡Oh my god! ¡Key, Kwon! – la co-presidenta de la revista se llevó una mano al pecho al ver a las divas reunidas… -

- ¡Querida~! – ambos la saludaron del mismo modo que antes a la reportera estrella. Aunque la confianza con ambas amigas era diferente… - ¿Y dónde está la otra mente brillante?

- Oh, Feli debe estar por llegar, ha tenido que viajar por investigaciones para su próximo libro.

- Pues más le vale que llegue, o la delataremos delante de su adorado YooSu… - Jo Kwon sonrió malévolamente, lo que hizo sonreír nerviosa a la co-presidenta, mientras que la reportera estrella y Qi Diva reían con diversión.

- Pero bueno, cambiando de tema. ¿Dónde has dejado a esa criaturita tan hermosa que Daíto y tú hicieron con tanto amor? – la co-presidenta cuestionó con ojos brillantes.

- Nuestro HyunSoo se ha quedado con sus abuelos. Pero tenemos que reunirnos un día en casa, le encanta jugar contigo a mi pequeño angelito.

- ¡Pero por supuesto!

- ¡Se reúne la belleza y no me invitan! – Heechul apareció de pronto, cruzando los brazos con aire indignado.

Y en ello el alboroto continuó. Entre tanto, Yoochun y Junsu finalmente se habían encontrado con Wooyoung y Nichkhun, quienes se veían algo menos tensos que las últimas ocasiones que tuvieron oportunidad de reunirse.

- ¿Y sus hijos?

- En casa, es mejor para ellos no trasnocharse… - Yoochun respondió.

- Chunnie, sí sabes que lo harán, ¿verdad? – Junsu sonrió divertido, porque conociendo a sus hijos como los conocen, y luego de que todos insistieran en hacer pijamada, la pasarían mirando películas y doramas de ellos cuando eran jóvenes. Una larga maratón entre comida chatarra y grandes dosis de soda y/o café.

- Sí, lo sé… - el pelinegro suspiró resignado. Pero no habían tenido demasiado qué objetar al deseo de todos los primos por pasarla juntos. lo que le preocupa un poco es que hayan elegido su casa para ello.

- A nosotros nos encantará llegar a ver a nuestros hijos así… - Nichkhun comentó con aire soñador…

- ¿Cómo van con lo de las pruebas?

- Las dejamos hace unas semanas…

- Oh…

- Pero aún tenemos otras opciones, la adopción por ejemplo.

- Eso suena bien…

En tanto YooSu y KhunWoo procuraban una charla más amena, Yunho y Jaejoong se encontraron con otros de los chicos del otrora grupo Súper Junior. Saludaron a DongHae apenas de pasada porque él junto con EunHyuk estaban retándose para ver cuál de los dos conservaba mejor su habilidad en el baile, incluso habían invitado a Yunho pero el moreno desistió –al menos de momento– participar del reto. Así que terminaron conversando con Leeteuk y Kangin, felizmente casados hace varios años y con un segundo hijo en camino. Leeteuk se veía adorable con su tripa de cinco meses.

- ¡No tenía idea! – a Jaejoong le brillaron los ojos al ver el vientre de Leeteuk… - ¿Ya saben qué será? – cuestionó emocionado, llevando una mano a la tripa de su amigo, recordando sus embarazos y la sensación tan plena que le daba sentir a sus princesas en su interior.

- Una niña, Kangin hasta se desmayó cuando lo confirmamos con la eco, porque yo ya presentía que sería niña… - Leeteuk sonrió contento, y ese hoyuelo en su mejilla se marcó al instante.

- No hay necesidad de divulgar eso, Teukie… - Kangin carraspeó tratando de hacerse el importante y fuerte.

- Amigo, que un simple desmayo no te preocupe, cuando tu hija comience a crecer y los lobos comiencen a acecharla, entonces realmente tendrás motivos para sentir que te da algo al recordar que ni bien te fuiste a dormir, al día siguiente dejaron de ser unas niñas…

- Yunho, no ayudas amigo… - ambos hombres ensombrecieron su expresión.

Todo al menos hasta que una repentina bulla atrajo la atención de todos los invitados. De fondo sonaba una contagiosa música de ritmo sensual, y en el escenario dispuesto para algunas presentaciones especiales del evento, Jo Kwon bailaba… con un tubo. En una escena bastante… bueno, lo dejamos a su criterio. Han de saber sin embargo que la agilidad de Kwon para moverse en el tubo era francamente envidiable hasta para las mujeres que se dedican al cauteloso arte de la seducción en algunos clubes privados. Por supuesto, los hay también especializados para caballeros que prefieren caballeros, pero no entraremos en detalles al respecto. Excepto que, si Kwon decidiera incursionar en el rubro, definitivamente sería La Diva del tubo.

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Residencia Park-Kim

Tal como se esperaba, Sun Hi y Hyeran tomaron el control de las actividades esa noche. Las chicas se hicieron de la estancia con absoluta facilidad. Bien, los únicos que habían renegado de la actividad propuesta fueron Dong Joon y Young Min.

- Si no les apetece pueden ir y besarse por ahí, pero nada de hacer cosas más atrevidas en casa, eh… - ambas muchachas les habían dicho, acto seguido la joven pareja se había sonrojado como termostato y ocupado un sitio en los sillones en silencio.

Yoon Hyun y SeungMi parecían haber hecho las paces después del incidente con el gemelo Park. Y la menor Jung tras enterarse del noviazgo de Dong Joon con Young Min se había limitado a felicitarles por la relación. Kwang Min y Min Woo eran los más callados y tranquilos de todos, con un bote de palomitas cada uno, ambos simplemente tomaron su lugar desde el principio.

- ¿Junjoong no vendrá?

- No. Umma dijo claramente que si se enteraba que andaba por aquí me prohibiría salir con él… - Kwang Min infló las mejillas en gesto de inconformidad.

- Seguro no tarda en llamarte, siempre lo hace a esta hora… - su gemelo bufó exasperado porque aún Sun Hi y Hyeran parecían de pronto más interesadas en el yaoi en vivo, directo y a todo color que podían presenciar, que en dar play a la primer película de la noche.

- Le he dicho que no llamara u.u

- ¡Por qué! – Hyeran y Sun Hi hasta parecían gemelas hablando al unísono.

- Porque iban a distraerme de mirar dramas con ustedes~

- ¡Kawaii! – ambas adolescentes abrazaron a Kwang Min, lo que hizo gruñir a Young Min y revolear los ojos a Dong Joon.

- Bueno ya, vamos a empezar algún día o qué.

- Young Min oppa, creo que Dong Joon todavía no te hace feliz… - Sun Hi dijo con cierta picardía. Lo que hizo a todos recordar a Yoochun.

- Niña de 13 años presente… - SeungMi dijo con tono solemne.

- Entonces qué haces aquí, hermanita…

- Te recuerdo que vamos a comenzar por el drama de appa, así que no tengo que preocuparme por ver cosas indebidas, ya que Yoon Hyun y yo terminemos arrastrándonos a nuestra habitación muriendo de sueño, ustedes pueden seguir con su maratón de películas yaoi.

- A veces me asustas… - Hyeran achicó la mirada con aire inquisitivo.

- ¡Pon el bendito drama! – Young Min estaba que perdía la paciencia.

- Bueno ya va…

Así comenzaron los adolescentes su larga noche mientras sus padres estaban de fiesta.

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Departamento de Okada Masaki

Cerca de medianoche el muchacho apartó los anteojos para presionar el puente de su nariz unos momentos. Estaba cansado de tanto estudiar, y había llegado al momento ese en que las letras parecían bailar sobre el papel indicándole vista cansada. Se levantó por otra taza de café y luego se sentó unos momentos en el marco del ventanal de la estancia. El cielo estrellado le hizo sentir nostálgico. Por un lado extrañaba a su familia, a sus padres y sus ánimos diarios, a su hermano y los sueños que tal vez no podría cumplir, los que él esperaba ayudarle a alcanzar así tuviera que sacrificar parte de su vida. Pero también extrañaba a Min Woo, echaba de menos escuchar sus pasos deslizarse suavemente por la madera del corredor cuando se levantaba de madrugada a comer o beber algo en la cocina, o cuando simplemente le daba insomnio y se sentaba en el corredor a observar ese mismo cielo estrellado que él mira en ese momento.

- Si lo pienso así, me encantaría estar contigo al menos este tiempo, Min Woo-kun. Pero no sé qué hacer…

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Residencia Park-Kim

Alrededor de las 2 de la mañana Yoon Hyun y SeungMi se habían rendido, y tal como dijera antes la menor Jung, se deslizaron somnolientas escaleras arriba hasta la habitación de la menor Park para dormir. En la estancia, Young Min dormitaba recargado en el pecho de Dong Joon, que comenzaba a cabecear también, pero decididos a aguardar hasta que las princesas decidieran dar por terminada su maratón. Ellas habían puesto aquella película japonesa en la que ChangMin actúo antes de embarazarse por primera vez. El drama era tal que Hyeran y Sun Hi ya tenían unos pañuelos en las manos. Igual que Min Woo, que en su estado se encontraba más sensible y aquel romance frustrado entre Momo y Kota le ponía a divagar en su propia vida.

La película terminó casi a las cuatro de la madrugada, cuando Yoochun y Junsu, como los otros adultos llegaron a casa. Se encontraron con la curiosa escena de dos chicos durmiendo muy juntos en el caso de Dong Joon y Young Min, aunque en ningún tipo de postura comprometedora. Hyeran, Sun Hi, Min Woo y Kwang Min, llorando copiosamente.

- ¡Momo-chan! – gimotearon las muchachas.

- ¿Momo-chan?

- Aigoo~ han visto otra vez tú película, ChangMin.

- Oh, esa película.

- ¡Umma! – Min Woo se lanzó a sus brazos, aferrándose a su cintura y llorando desconsoladamente contra su pecho.

- Venga chicos, es solo una película… - los adultos trataron de encargarse de la situación.

ChangMin acariciaba el cabello de Min Woo esperando tranquilizarle. Jaejoong abrazó a Hyeran y Junsu a Sun Hi, mientras que Kwang Min se aferró –extrañamente– a Yunho. Hayami le miró extrañado, ya luego le preguntaría por qué el desplante.

Yoochun subió a asegurarse de que Yoon Hyun y SeungMi descansaran tranquilas, y al volver, despertó suavemente a su hijo para que junto con Young Min subieran a dormir cómodamente en la cama.

- No juntos, claro está…

- ¿Eh? – el gemelo Park iba demasiado adormilado como para enterarse de nada. Subió las escaleras junto con Young Min hasta la habitación, una donde dormirían los Mokomichi, mientras él iba y se encerraba en la suya casi en automático.

Una vez la situación estuvo bajo cierto control, todos los adolescentes descansaban tranquilamente, curiosamente, cuando el sol comenzaba a despuntar.

Ese amanecer, algunas cosas podrían cambiar.

Continuará……

Espero que todas disfruten el capi. ¿Quieren saber qué más pasó en la fiesta? ¿Tienen curiosidad de algo en particular? Me aseguraré de que la reportera estrella nos entregue un reporte más detallado de los pormenores de la fiesta del año ;D

Ya Ne!!