PROHIBIDO SACAR LOS FANFIC DE ESTE BLOG Image and video hosting by TinyPic

sábado, 31 de agosto de 2013

ROYAL SERVICE (Parte final)




Parte final del 3shot HM que inició en el cumple del baka más sexy y paciente del mundo~


Tuve que editar y se borró lo que puse primero ewé pero bueh, lo dejo porque celebro con Maki besha cinco años de hermosa amistad *u*



~~//~~ * ~~\\~~
ROYAL SERVICE
Parte 3


– ChangMin-kun…

– Ponte lo que quieras, si te sientes cómodo es seguro que lucirás perfecto, atractivo ya eres Hayami-san.

El japonés le dirigió una mirada sorprendida y curiosa. La voz serena, la expresión pasiva, el entretenerse con el cachorro como si lo que estuviera diciendo fuera vergonzoso. El halago implícito libre de insultos o gruñidos. Casi se sentía como si este no fuera ChangMin. Y a la vez, como si le estuviera mostrando una faceta nueva, diferente, reservada. Un privilegio para sus ojos y oídos.

– Gracias. Tomaré tus palabras como un sabio consejo. Sentirme cómodo debe ser suficiente… – Mokomichi sonrió sin atisbo de burla, se sentó en su cama y vio al morocho seguir jugueteando con el cachorro, tan abstraído que el menor no se dio cuenta del momento en que el piso se convirtió en la zona de juego.

Hayami no interrumpió la atmosfera creada. Sonreía enamorado del momento, de la visión tierna de ChangMin cual si estuviese inmerso en su propio mundo. Realmente no había pensado en enamorarse así, tan rápido y de alguien como el morocho, un chico de personalidad compleja, pero hermosa a la vez; un chico tan único que le dan ganas de encerrarlo en una jaula de cristal.

Ese es un pensamiento tonto hasta para mí… – Piensa con una sonrisita, los ladridos de su cachorro le divierten, sobre todo cuando ve al menor actuar con el animalito como si fuese un niño… – ¿Me ayudas a ponerle nombre, ChangMin-kun?

– ¿Eh? – La mirada del morocho se ha levantado finalmente. Le mira unos instantes y por el titubeo en su mirar, el japonés intuye que el morocho está cayendo en cuenta de dónde está, con quién y haciendo qué. Sabe que se siente tonto comportándose así. Quizá incluso algo sobre orgullo se haya visto herido ahí. Hayami no tenía en absoluto esta intención… – Es tu mascota, llámale como quieras. Me voy…

Y así, sin decir ninguna otra cosa ni esperar palabra alguna de parte del japonés, ChangMin salió prácticamente corriendo de allí. Hayami suspiró, vio al cachorro acercarse a la puerta y chillar como si ya echara en falta la presencia del morocho.

– También le echaría de menos si se fuera, pequeño… – El japonés cargó al cachorro en sus manos, mimándole las orejas y sonriendo cariñoso… – ¿Qué deberíamos hacer? Necesitas una mami que cuide de ti, ¿no crees? Supongo que cambiar de ambiente no nos vendría tan mal, después de todo… Estoy enamorado.

--//--

ChangMin entró a su habitación y se recargó en la puerta con una mano en el pecho y las mejillas coloradas.

– Deja de latir así, maldición… – Recriminó a su alocado corazón.

No niegues que te gusta cómo te trata… – Le dijo una vocecilla en su interior. El pequeño diablillo de su ego inflado.

– ¡Qué va a gustarme!

Las orquídeas te han hecho sentir importante. Qué me vas a renegar a mí que soy parte de ti… – La vocecilla burlona rió con prepotencia; y por acto reflejo el morocho comenzó a blasfemar al por mayor mientras se interna en la habitación y (en un mero impulso caprichoso) tomando su equipaje pretende empacar sus pertenencias.

– ¡ChangMin ah~ levántate y vamos! ¡Se hace tarde! – El llamado autoritario de Jaejoong le crispa más los nervios pero casi parece que le hace entrar en sus cabales.

Él definitivamente no es un hombre que huye de sus problemas –que otro hombre, precisamente tan asquerosamente perfecto como Hayami, le tire los tejos es un problema mayúsculo para él–, ni tampoco que tome decisiones precipitadas –casi nunca, pero todavía casi–.

– ¡ChangMin!

– ¡Ya voy! ¡Dios mío, deja de comportarte como una madre gruñona y controladora, Jaejoong! – Gritó.

Y al segundo la figura del pelioscuro apareció detrás de la puerta. El morocho respingó pillado por sorpresa. La expresión del mayor era auténticamente como la de una madre enfadada por la insolencia de su hijo.

– ¡Jaejoong suéltame!

Cuando Yoochun, Junsu y Yunho vieron pasar por el pasillo a Jaejoong con ChangMin arrastrando de la oreja, la escena cómica de cualquier manera les hizo palidecer y dar un paso atrás –por si las dudas–, cuando quería Jaejoong daba miedo. Y justo ahora estaba en modo umma enojada que mejor ni interponerse en su camino o intentar abogar por el menor.

Al final del pasillo, ChangMin seguía rezongando pese a que Jaejoong seguía de ceño fruncido y amenazaba con la sola mirada llegar a castigarle con azotes en los tobillos. O lo que es peor para el morocho, dejarle sin comida. Fuera de su habitación, Hayami estaba recargado en el muro, sonriendo divertido por la escena que se montaban sus invitados.

– ¡Yah! ¡No me trates como si fuera un niño!

– ¡No te comportes como uno! ¡Y menos cuando voy tarde en mi itinerario!

– ¡Acaso tengo culpa de que no cumplas tus horarios!

– ¡Pues sí!

– ¡Jaejoong!

– ¡ChangMin!

– ¡Argh! ¡Me enervas los sentidos!

– ¡Y tú eres un malcriado ególatra que nunca aprecia los esfuerzos de los demás por verte feliz!

– ¡Eso qué mierda tiene que ver ahora!

– ¡Todo! ¡Te enteras! ¡T O D O! ¡Hayami es perfecto para ti y tú te andas por las ramas haciéndote de rogar! – Jaejoong espetó con las orejas rojas de repentino enfado. Frustración quizá.

Vamos, que su reacción no ha sido meritoria del pequeño arrebato del menor antes de ser arrastrado fuera de su habitación. Hemos de confesar aquí un detallito que puede ser relevante, cuando Jaejoong no duerme bien –culpa de su moreno novio por ser tan bueno en las artes de la sexualidad; sí, algo de tantra seguro se cuela por ahí– y mueve sus planes por mínimo que sea, se pone algo histérico. Y preparar todo un banquete para una familia respetada y fina como los Mokomichi, pues le tenía alguito alterado desde temprana hora del día.

– ¿Q-qué? – ChangMin balbuceó, parpadeando como aturdido y con las prietas mejillas tiñéndose de rubor.

– ¡Ustedes qué están esperando! ¡Tenemos un itinerario que cumplir! –Jaejoong palmeó sus manos cual si estuviera dando una orden. Lo cual de hecho, claro que estaba haciendo.

Así es él, lanza la bomba y luego se hace el desentendido enfocándose en su trabajo. Junsu, Yoochun y Yunho le siguieron a prisa sin rechistar, no hay manera de que quieran fastidiar más los humos del mayor. En tanto, ChangMin siguió clavado a medio corredor en estado de shock.

¿Por qué todos estaban al tanto de las intenciones de Hayami? Y sobre todo, ¿Por qué a él le pincha un sentimiento de culpa al no dar señales de aceptar las claras insinuaciones del japonés? Ah sí, ya había concluido, miedo a enamorarse.

– ChangMin-kun… – Escuchar precisamente la voz del sujeto en cuestión no le ayudaba. Aún así giró el cuerpo para encararle… – No te hace débil ni vulnerable el que alguien sienta algo por ti. No tienes que renegar si me siento atraído hacia ti, no pretendo jugar ni burlarme.

– Voy a estar aquí solo unos días, te agradeceré si me deja en paz, Hayami-sama… – El morocho murmuró con sumo respeto, inclinando el cuerpo en una venia demasiado pasiva para tratarse de él y esa personalidad retadora que cautivó por principio de cuentas al japonés.

Quizá por eso Hayami le retuvo cuando ChangMin intentó marcharse, sujetando su brazo y tirando de él al tiempo que su otra mano asió la nuca del morocho y estampó sus labios contra los ajenos en un gesto de brusquedad que sin embargo el menor acogió apasionadamente. En otras palabras, desconectó el cerebro y puso como dispositivo principal de sus acciones a su instinto, y en cierta forma, a su corazón.

No fue para nada un beso romántico, estaba más bien dominado por la desesperación de ambos protagonistas. El duelo de lenguas ávidas por explorar un terreno desconocido intensificó el húmedo contacto, hasta que la falta de aliento les obligó a separarse.

Hayami esperó que por mínimo el morocho le empujara y se fuera de ahí con indignación por su atrevimiento. Pero ChangMin permaneció allí, lo suficientemente cerca para sentir sus respiraciones mezclándose.

– ¿Te digo que me dejes en paz y vienes y me besas? ¿Eres tan baka? – Refunfuñó con el ceño fruncido, molesto consigo mismo por haber caído en el amor, la atracción o lo que sea que hay entre ambos.

¡Que besa exquisito el desgraciado! Y había sido más que suficiente para poner su mundo de cabeza, que de por si no es que no se hubiese estado poniendo todo en desorden desde que llegó. ¡Y todo en cuestión de días!

– El amor así de rápido no existe… – Pensó… en voz alta.

– ¿Por qué no? – Hayami cuestionó levantándole el mentón para enfrentar sus ojos… – Puede que no sea profundo, pero no por eso es inexistente, ChangMin-kun.

– Es tan ridículamente cursi, inverosímil e ilógico… – Rezongó empecinadamente.

– De eso se trata justamente… – Mokomichi sonrió, animado puesto que ChangMin continúa ahí, tan cerca. Tan atractivamente guapo.

– No, Hayami-san. Esto no puede ser amor, más bien solo una aventura. Me iré después de tu cumpleaños, seguirás tu vida y yo la mía…. – Entonces el morocho se apartó y emprendió (ciertamente) la huida, corriendo sin mirar atrás, maldiciéndose mentalmente por ese beso que ha encarnado un recuerdo dolorosamente hermoso en su corazón. ¿Cómo se le ocurría enamorarse de un hombre que vive en otro país? ¡Él está trabajando!

Cuando llegó a las cocinas un grupo de cocineros ya hacía lo propio según indicaciones de Jaejoong. Junsu y Yoochun tonteaban preparando masa para panecillos, y Yunho ayudaba a cargar bultos de aquí para allá, mientras el mayor tomaba lugar en una de las planchas.

– Pensé que no vendrías… – Dijo al ver al morocho.

– Por qué no iba a venir… – Preguntó con su típico tono hosco… – Olvídalo, no quiero la respuesta. Qué tengo que hacer.

– Hayami-sama pide su desayuno, Jaejoong-san… - Watanabe interrumpió a ambos muchachos, siendo tan cortés como siempre.

– ChangMin, encárgate de eso…

– ¿Por qué yo? – Reprochó el morocho.

– Porque eres mi empleado y te lo estoy ordenando… – Jaejoong frunció el ceño. Watanabe hizo una venia y se retiró sin necesidad de quedarse a escuchar la discusión entre los extranjeros.

– Podría renunciar… – Aventuró el morocho.

– Si vas a hacerlo solo hazlo. No me vengas con caprichitos que tengo suficientes cosas de las que ocuparme, ChangMin… – El tono del mayor fue como una patada en el trasero para el morocho. Le frunció el ceño y recibió a cambio una mirada fulminante. Jaejoong realmente no estaba de humor.

ChangMin entonces se dispuso a cumplir su trabajo. Preparó el desayuno y volvió al interior de la casa con paso lento. La charola entre sus manos se le antojaba como un burdo pretexto de parte de Hayami para tenerle nuevamente a su entera disposición. Si a este paso la pasaría siendo el mayordomo del japonés, y no un empleado en los términos acordados con Jaejoong. El morocho suspiró, de verdad que no quería volver a enfrentarse con el anfitrión. No ahora, no sintiéndose tan reactivo a sus insinuaciones.

– ¿En qué vas pensando? Estoy aquí, ChangMin-kun… – La voz segura, ronca y profunda del japonés le produjo un escalofrío al morocho, quien detuvo sus pasos y regresó un par de ellos para dejar la charola sobre la mesa baja al centro de la sala de entretenimiento en donde el japonés mira el noticiero en la televisión.

– Watanabe-san no dijo que no tomaría el desayuno en el comedor, Hayami-sama… – Se excusó ofuscado.

Una reacción refleja en él, cual mecanismo de defensa que se activa inconscientemente cuando se siente amenazado de cualquier manera. Pero tan ajeno a sus propias palabras que realmente no se percató del uso del sama para continuar llamándole. Y aunque aquello a Mokomichi le agradaba, se sentía mejor cuando la molestia que veía en los ojos del morocho eran superficiales, y no un reflejo atado a cosas que no sabía y que por tanto, no podía comprender.

– No te dijo porque tampoco él lo sabía. He venido a mirar televisión simplemente porque estoy aburrido y el comedor se siente muy frío.

– Ah.

– Aunque ahora que lo pienso podría ser que estoy serenándome porque el chico que me gusta me dio calabazas hace cinco minutos.

– ¡No te di calabazas, baka!

– Al menos reconoces que eres quien me gusta… – Sonrió, y las mejillas del morocho se tinturaron de rubor… – Aún así, ¿Qué fue eso de salir corriendo como si huyeras de un ataque mortal?

– No quiero que me sigas buscando con esas intenciones, entiende que vamos a separar nuestros caminos en unos días.

– Soy millonario, ¿sabes? Me mudaría sin dudarlo.

– ¿Eh?

– Eres intelectualmente muy racional, pero emocionalmente estás por debajo siquiera de la media.

– ¿Me estás diciendo imbécil? – Al morocho le comenzó a latir la venita de la sien.

– Emocionalmente incapaz de expresarte con asertividad, que es bastante diferente… – Mokomichi sonrió nuevamente con esa altanería que le crispa los nervios al morocho.

– ¿Qué clase de hombre corteja al que le gusta siendo tan pedante como tú, eh?

– La clase de hombre que sabe que el chico que pone su mundo de cabeza no espera ser tratado con la delicadeza que exige una dama.

ChangMin sintió su rostro encenderse. ¡Es que este hombre sabe cómo hablarle y dejarle callado! Porque él es de este tipo de pensamiento. Es su personalidad así de opuesta a la de, por ejemplo, Jaejoong y Junsu, que tienen sus dosis diarias de mimosidad extrema comportándose demasiado delicados para ser solo hombres. ¡Algo de eso!

– Que disfrute su desayuno, Hayami-sama… – Murmuró para inmediatamente salir corriendo nuevamente de ahí.

Esa vez sin embargo Hayami decidió dejarle tranquilo. No molestarle más durante todo el día y hasta que llegó la esperada fecha de su cumpleaños.

--//--


Desde temprana hora la gente comenzó a moverse por aquí y por allá preparando todo para el banquete. Los Sres. Mokomichi estarían arribando alrededor de mediodía y el cumpleañero había decidido salir a correr para no estar cerca ni enterarse demasiado de su propia fiesta. Claro que, no había salido solo.

– ¿Cuándo supiste que eres gay?

La pregunta de Hayami cayó como balde de agua fría sobre los hombros de ChangMin, pero eso no justifica su torpeza para trastabillar en el sendero y dar de bruces contra el suelo. Maldijo sin miramientos y sacudió sus ropas tras levantarse –negando de paso la ayuda del morocho–, fulminando con la mirada al japonés al encararle.

– ¿Quién dice que soy gay?

– Nos besamos hace un par de días, y hasta esta mañana cuando me vestí para salir, había algo entre mis piernas que me hace expresamente varón.

– ¡Me robaste el beso, baka! – Exclamó haciendo caso omiso a las palabras que refieren la condición anatómica del japonés.

Que como comenzara a imaginarlo vestido con traje de Adán su propio cuerpo le jugaría una mala pasada al sur del ombligo. ¡Es que Hayami le despierta también el instinto sexual! Lo comprobó el día del beso, cuando, tratando de tranquilizarse y descansar acostado en su cómoda cama, su amiguito entre sus piernas decidió cobrar vida y levantar asta con bríos, todo y que solo había recordado el beso. Sí, el beso; la lengua abrumadoramente sexual con que el japonés prácticamente le había hecho convulsionar por la mañana. ChangMin frunció el ceño y se pateó mentalmente tratando de espabilar esos pensamientos de su cabeza justo ahora.

– Ciertamente sí te besé sin pedir permiso, pero recuerdo bien que me lo devolviste con pasión. Y hablaste también sobre no querer ser cortejado porque esto más que amor parecía solo una aventura. Te dije además que soy perfectamente capaz de mudarme.

ChangMin le sostuvo esa vez la mirada, pronunciando más el ceño al notar su corazón bombear con prisas. Hayami lucía tan seguro de sus palabras, probablemente hasta de sus sentimientos. ¿Entonces él por qué titubeaba? ¿Por qué se negaba simplemente en admitir que este hombre movía el suelo bajo sus pies con toda su arrogante personalidad altanera?

– Hablé con mis padres cuando cumplí la mayoría de edad, me sentí lo suficientemente maduro para asumir lo que soy. Las chicas nunca me fueron particularmente interesantes o atractivas, pero los chicos solían tener mi atención con facilidad.

– No necesito que me cuentes… – Murmuró negando en su pensamiento ese resquicio de celos que le daba escucharle hablar de pasadas atracciones.

– Pero quiero hacerlo. De todas maneras nunca he tenido pareja. Serías el primero si me dices que sí.

– Que sí qué.

– Que sí vas a darme la oportunidad de demostrarte que puedo seguirte al fin del mundo si es necesario para entrar en tu corazón, ChangMin-kun.

El morocho maldijo a diestra y siniestra –mentalmente al menos–, balbuceó incoherencias y deseó con fuerza que la tierra se abriera y le tragara. Estaba avergonzado.

– Deja de hablar cursilerías… – Gruñó, finalmente hilando una frase coherente, pero al ser él quien se empinara al frente alcanzando los labios del japonés, éste no necesitó más respuesta que ese roce espontáneo… – Soma. Sé que no has nombrado a tu cachorro aún, me gusta ese nombre.

– Soma se llama entonces… – Hayami sonrió ampliamente. Pero la razón por la que al morocho le dio un vuelco el estómago no tuvo nada qué ver con sus burlas sobradas, sino con aquella transparencia con que las pupilas del japonés le mostraron la felicidad que sentía.

– Bueno vámonos ya, eres el cumpleañero y debes estar presentable para tus padres, supongo… – Dijo por decir, demasiado nervioso de las sensaciones que iban corriendo por su cuerpo.

– Espera, vamos allí y luego volvemos a la casa… – Mokomichi corrió hacia la dirección señalada.

Cuando llegaron y un jardín se reveló tras murallas naturales de arbustos, enredaderas y árboles de gruesos troncos y espesos ramajes, ChangMin se sintió mareado por la imagen tan hermosa que se abrió paso ante sus ojos. La distribución de algunos elementos típicos de los jardines japoneses estaban ahí, las piedras de diversos tamaños y texturas, el sendero de piedrecillas, el estanque con peces de colores en un costado, el resto del jardín adornado por orquídeas, todas las plantas desprendían sus vivos colores y el aroma característico; el firmamento lucía entonces como el cielorraso ideal para aquel paisaje, azul claro moteado de algunas nubecillas blancas, tan esponjosas que se antojaban al tacto.

Hayami caminó dentro del jardín y acercándose a una de las plantas, cortó con cautela –y una disculpa muda– una orquídea amarilla. La más hermosa de entre todas. Luego volvió sobre sus pasos para extenderla hacia ChangMin.

– Acepta esta orquídea como manifiesto de lo que siento por ti, ChangMin-kun.

– No uses esa voz tan profunda y suave… – Rezongó. Pero por mera vergüenza. Tomó la orquídea entre sus dedos y admiró su belleza. Amarilla, con el significado del calor del amor con la picaresca del erotismo. Hayami le decía tanto con gestos tan sencillos.

– No uso ningún tono en particular… – El japonés sonrió con aire sexy, siendo descaradamente coqueto. Sabiendo que vendrá ese ceño fruncido, ese insulto que se le ha vuelto cariñoso y ha despertado en él ese rasgo masoquista que no se conocía de sí mismo… – La próxima orquídea será de mi color favorito… – Sus palabras sonaron a promesa, y por alguna razón ChangMin deseó que pudiera cumplir todo lo que estuviese implícito en este cortejo que todavía le dejaba esa sensación inquieta en la boca del estómago.

Ya no es solamente el hecho de temer enamorarse, porque reconoce que enamorado está ya –incluso si ha resultado ser en contra de su voluntad, pero tan nítido justamente por esa razón, porque hasta él que reniega de todo lo que tiene que ver con lo romántico, reconoce que el amor verdadero es el que no se planea, el que aparece espontáneamente en el camino, el que pone todas las trabas posibles y el que compensa, por sobre todas las cosas, con la dulzura del mínimo gesto de apreciación cariñosa–, ciertamente que no, lo que le asusta ahora es tener que marcharse al día siguiente.

¿Debería tener relaciones con él antes de irme? ¿Incluso así, sería el amor?

Los debrayes mentales del morocho parecen reflejarse en su expresión. O es quizá que Hayami tiene ese don para ver más allá en los ojos de las personas, de ChangMin en particular. Porque cuando ve aquella seriedad en sus pupilas, pero el sonrojo en los pómulos; él comprende que tendrá que demostrarle con hechos más contundentes que realmente espera conquistarle y pasar toda una vida a su lado. Así sea que la vida que comenzó en su adorado país nipón tenga que continuar y culminarse en otras tierras.


--//--


El banquete por el cumpleaños número 29 de Mokomichi Hayami fue todo un éxito. Los Sres. Mokomichi quedaron más que encantados con los preparativos, fascinados con la exquisitez de cada platillo y con la voz de Jaejoong y Junsu; que por culpa del bocafloja de Yoochun habían terminado cantando en el escenario a la luz de la luna y las estrellas acompañados con la orquesta que amenizaba la cálida noche.

– ¡No lo había imaginado! ¡Jaejoong-kun y Junsu-kun, cantan como ángeles! – Exclamó la Sra. Mokomichi más que admirada con los muchachos.

– Es un halago que lo haya disfrutado, Yukiko-sama… – El pelioscuro sonrió con agradecimiento, siendo emulado por el castaño cuando inclinaron el rostro en muestra de respeto hacia la madre de Hayami.

– El halago ha sido nuestro, si hubiera sabido que cantan tan hermoso los habría contratado para un concierto en este día tan especial para la familia.

– Deja de avergonzarlos madre…

– No los estoy avergonzando, querido.

– Quizá un poco, mujer… ­– Renzo Mokomichi pasó la mano por encima de los hombros de su esposa, sonriendo gentilmente hacia los jóvenes.

– Por favor discúlpenos, aún tengo que dirigir algunas cosas respecto al banquete.

– No se preocupe Jaejoong-san, adelante.

Con el pelioscuro de vuelta a las cocinas para asegurarse de que no estuviera nada fuera de sitio o en mal estado, Junsu y Yoochun seguían por ahí actuando más como invitados que como meseros, las féminas no perdían oportunidad de buscar alguna conversación con los apuestos muchachos, tonteaban y pretendían no saber nada acerca del trabajo que debían estar realizando, así que los atosigaban con bebidas y bocadillos todo el tiempo. Yunho estaba con Jaejoong, dando algunas órdenes también y ejecutando otras. ChangMin. Bueno, él es mesero personal de Hayami, está todo el tiempo a su lado y se siente más como hombre de compañía que otra cosa. Y el japonés solía tirarle de la mano si tan solo le veía de reojo rezagarse o pretender colarse a las cocinas para ayudar en otras actividades que no implicaran su cercanía.

– Si sigues intentando marcharte de mi lado, me obligarás a amarrarte a mí… – Le dijo con una sonrisa burlona, pero bastante creíble como para que el morocho no quisiera tentar su suerte y provocarle.

– Solo intento hacer mi trabajo, y el contrato que tengo con Jaejoong era para servir de mesero, no de hombre de compañía… – Bufó por lo bajo, con los pómulos enrojecidos y un curioso mohín de disgusto que hizo sonreír al japonés con algo de estupidez.

– No eres un hombre de compañía, eres el chico que quiero tener a mi lado esta noche, ChangMin-kun. Además con Jaejoong ya he hablado antes, desde que llegaron. No vayas a ofenderte por lo que voy a decir, ¿sí? Le dije que le pagaría el doble por todos sus servicios si permitía que te acaparara todos los días solo para mí.

– En otras palabras, me contrataste como tu entretenimiento… – El morocho elevó una ceja con aire indignado. Puesto de esa manera se sentía usado

– Te dije que no te molestaras, ni que te fueras a tomar las cosas de forma equivocada.

– No hay manera de que tome erróneamente los hechos, no has estado haciendo más que molestarme y tratarme a tu antojo porque pagaste por eso. ¿Jaejoong y tú hicieron buen negocio? ¿Te ha gustado que te atienda en absolutamente todos tus caprichos, Hayami-sama? – Desdeñó el morocho sintiéndose sinceramente decepcionado.

No es que no hubiese sabido desde antes que solo estaba haciendo el vago todo el día con Hayami, que le pedía estupidez y media solo para fastidiarle. Y aunque él efectivamente tenía un contrato con su amigo Jaejoong, no pensó que le afectara tanto enterarse que a fin de cuentas había sido vendido por un tanto más de dinero. Luego se desquitaría con el pelioscuro por ser tan idiota. De momento lo único que ChangMin pensó en hacer fue en marcharse de allí, así que zafándose de Hayami comenzó a andar entre los invitados alejándose hasta los corredores interiores de la casa, donde no había nadie.

– Me gustaste desde que te vi en Seúl.

– ¿Qué? – El morocho frenó sus pasos, giró el rostro y sintió cómo le hormigueaba una extraña sensación por todo el cuerpo… – Nunca nos habíamos visto hasta que llegué aquí.

– Tú no me viste, pero yo a ti sí. En el mismo día en que conocí el restaurante de Jaejoong-kun; te vi a ti. Estabas refunfuñando con Junsu-kun y Yoochun-kun porque se tomaban de la mano y reían como idiotas enamorados… – Cuando las palabras brotaron de labios del japonés, el morocho recordó perfectamente aquel suceso. Aunque a menudo los molesta por eso en realidad. De cualquier manera, tenía algo de sentido lo que Hayami decía… – No entendí por qué mi corazón comenzó a latir tan rápido hasta que me di cuenta de que te observaba detenidamente. A ti y solamente a ti. ChangMin-kun, sé que no te gusta la idea del amor a primera vista, sinceramente tampoco creo que exista. Pero sí creo en la atracción, en las reacciones de mi cuerpo cuando se trata de ti, en que no pude sacarte de mi cabeza desde entonces, en que contacté con Jaejoong-kun para que realizara este banquete con la esperanza de que vinieras con él. Creo en que hay ocasiones en que el destino forja caminos predeterminados, como el hecho de que hayas venido, de que yo te saque tanto de tus casillas como para dejar alguna impresión en tu memoria, de que nos hayamos besado y haya conseguido sacudir algo en tu interior.

– ¿Armaste tanto lío solo… por mí? ¿Y qué si no venía?

– No pensé en eso. Estuve convencido de que te había conocido por una razón. Estoy enamorado de ti, ChangMin-kun.

El rostro del morocho volvió a encenderse en carmín. Él tanto que detesta este tipo de vulnerabilidades. ¡Ahora cómo va a burlarse de Jaejoong y Junsu cuando se comporten tan delicados!

– No olvides hacerte responsable de lo que has provocado en mí, baka… – Le gruñó de mala gana, pero tirando de la corbata en el traje blanco del japonés para estampar sus labios en un beso torpe y ansioso que, tras unos segundos, fue calmándose y mutando a un beso dulce y largo, húmedo y enamorado.

--//--


Pese a que había aclarado sentimientos con Hayami, ChangMin estaba ahí, de regreso en Seúl. Solo. Al final tampoco había tenido el coraje para liarse sexualmente con el japonés. Y la despedida se vio limitada a un beso en el aeropuerto. A estas alturas, después de casi un mes, el morocho hasta dudaba que Mokomichi hubiera hablado en serio. No le ha seguido, no se ha mudado ni ha usado un solo yen de sus millones para estar más cerca, llamarle o buscarle de manera alguna.

– Hayami no baka…

– ¿No he dejado de serlo?

ChangMin se volvió tan rápido que sintió un tirón en la base de la nuca, maldijo por lo bajo ante el dolor que le tensó el cuello, pero suavizó la expresión cuando sintió unas fuertes manos masajeando el tronco de su cuello aliviando la tensión.

– Hayami…

– Siento haber tardado tanto. Quería darte la sorpresa desde hace semanas, pero dejar en orden los negocios familiares, despedirme de algunos amigos y de mis padres, tomó más tiempo del que pensé.

– ¿Qué significa eso?

– Compré un departamento aquí… – El japonés le extendió una tarjeta de presentación, el nombre, dirección, número de teléfono y cargo como Director General de una importante cadena hotelera, brillaba con letras doradas estampadas en relieve en el papel… – Lo he visto hace una hora, pero se siente muy vacío y frío, así que me preguntaba si te gustaría venir a vivir conmigo.

Los ojos del morocho se abrieron de par en par. Y casi por acto reflejo, su rostro se encendió al rojo vivo.

– ¡Deja de avergonzarme de esta manera, maldición!

– ¿Me lo tomo como un “sí”?

– ¡Baka!

– También te quiero, cariño~

--//--


ChangMin cargó una última caja dentro del departamento –demasiado lujoso para su gusto– de su novio –autonombrado– Hayami. Suspiró pesado y se dejó caer en el sofá. Limpió el sudor de su frente con un pañuelo y luego gruñó casi por inercia. El japonés ha salido a trabajar, y él, aún desempleado, ha dedicado el día para mudar sus cosas aunque hace dos semanas que Mokomichi le había propuesto vivir con él. Se hubiera tardado más en mudarse por completo, pero el constante pedido del japonés había terminado por sacarle de sus casillas.

– Y yo que pretendía hacerme el difícil mucho tiempo más… – refunfuñó con las mejillas ruborizadas. Eso había sonado tan… delicado, como las palabras de una chica que no quiere pasar por débil ante el hombre que ama… – ¡No estoy pensando eso!

– ¿Siempre hablas en voz alta?

– ¡Qué te importa! ¿Cuándo llegaste?

– Primero a gritarme y luego a preguntarme, lindo… – El japonés dijo con burla, internándose a la estancia ocultando algo en su espalda.

– ¿Qué escondes?

– Un regalo para mi gruñón novio… – Sonrió altanero y obtuvo ese gruñido de parte del morocho que le parecía a él de los gestos más encantadores de su personalidad… – Y espero que esta noche pueda recibir mi respuesta.

Hayami extendió una orquídea. Roja esta vez. ChangMin se sonrojó como termostato al sostenerla entre sus dedos. Las orquídeas rojas demuestran las ganas de hacer el amor con la persona que las recibe, pues es símbolo de pasión. El japonés sonrió enternecido por el mutismo y el sonrojo de su novio, se acercó depositando un breve beso sobre sus labios y luego se internó en la cocina dispuesto a preparar una cena romántica para la ocasión.

ChangMin pensó que, pese a todo lo rápido de su incipiente romance con Hayami, está seguro de sus sentimientos. Y esa noche, definitivamente se liará sexualmente con él. Porque hacer el amor, es algo que su corazón anhela.

– Hayami-sama~ – Le llamó casi con tono sumiso, pero aquella sonrisa sórdida que encanta al japonés… – Esta noche habrá para usted un Servicio Real.



FIN




*Huye de todas las que esperaban el lemon* Lo haré!! si Maki me lo pide xD -runs-

30 comentarios:

  1. convensanme OwO xDDD *--------------------*

    ResponderEliminar
  2. omg fue demasiado lindooo! me encanta esta pareja xq me puse a ver un poco de la vida d hayami -el real- y caeria taaaaan bn como pareja pa minnie ... el detalle de las orquideas me ha gustado mucho mucho! y weno la ultima lo dijo todo... lo dejaras ai T.T io queria sbr mas d ese "servicio real" ... Makiiiiii pidele xfas esa parteeee!!! moriria leyendo a un minnie aun mas arroxado... saludos ^^

    ResponderEliminar
  3. Estaba segurisima de que venia el lemon hasta que lei ''Fin''.
    Maki, pidele el lemon por favor!
    Despues de ver a Min renegando por no aceptar que esta enamorado de Hayami, se me hizo algo gracioso que lo llame de modo sumiso, lo estaba seduciendo! xD
    A mi tambien me encanto la idea de las orquideas, se puede decir tanto con simples detalles... Amo esta pareja! Hayami es tan lindo, él cocina y Min ama comer :P
    Muchas gracias por la historia Feli. Como siempre, es agradable leer tus creaciones ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por la emocion de la historia, olvide felicitarlas por sus cinco años de amistad. Felicidades! Hacen una buen dupla :)
      No es sencillo encontrar amigos verdaderos, y que ustedes lo hayan encontrado me alegra mucho. Sigan asi y lograran sus metas :D

      Eliminar
  4. lindo hermoso precioso, Hayami se merece un altar por ser tan paciente con Min XD

    ResponderEliminar
  5. OMG OMG esta perfecto asi de verdad, el nombre si que le quedo perfecto al fic, un muy buen fic, excelente, que puedo decir la manera de ser de Hayami si que mata, naa enamora dire, pero pues MIn no comparte asi que dejenme decirle que tiene suerte de tenerlo, y Hayami de tenerlo a el juju
    me encanto, CHangmin de verdad se enamoro y eso estuvo simplemente maravilloso
    gracias gracias
    muchas gracias
    feli eres genial y Maki tambien son un equipo muy bueno
    felicidades por su amistad, tengan muchos años mas de amistad, es lindo encontrar una amistad tan buena, sigan asi

    ResponderEliminar
  6. casi me muero de risa por lo renegon q es min ahh!!!
    me encanta la pareja hayami es tan lindo !!!
    quiero un novio asi.... min q suerte tienes xD

    ResponderEliminar
  7. Ahhhhhhhhhhhh Se fue a vivir con él!!!!!!!!!! ♥_♥!!!!!!!!!!!! Dios, muero de amor HayaMin *o*, ahhhhhhhhhhh y luego la orquídea roja!!!!!!!!!!! me quede sin palabras y grite de emoción *o*, Hayami si que es ideal para Min ♥_♥, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh muero de emoción por este final, tan hermoso *o*

    Jajajajajajajajaja también reí mucho, si de por si Jae inspira mucho respeto, no, ni discutirle nada cuando esta enojado, cuando Changmin dijo "¡Ya voy! ¡Dios mío, deja de comportarte como una madre gruñona y controladora, Jaejoong!" yo me estaba muriendo de risa xD, y literalmente cuando apareció de tras de la puerta deje de reír y abrí los ojos sorprendida y a la vez también me asuste xD por así decirlo, ay no, ese Jae, por eso lo amo tanto n_n

    Disfrute tanto leerlo, de verdad, muchísimas gracias Feli :D

    ResponderEliminar
  8. O.O en serio Maki por favor. Ten piedra T^T

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Piedad.... Perdón odio mi celular y son casi las 3 am y quiero leer el lemon con el baka y el Chango intelectual.

      Eliminar
  9. Lo ameeeee!!! al final changmin cayo en las redes de Hayami, y lo amo, por que el japones se gano su amor,

    Muchas gracias por compartir esto con nosotros

    Saludos ^^

    ResponderEliminar
  10. Ahhhh fue un fic realmente lindo desde cualquier perspectiva, me encanto como hayami convencio a changmmin de que estaba enamorado de el en serio las orquideas son tan romanticas !!!!!!!!1
    feli como siempre muchas gracias por el fic aunque antes no comente me encantaron todos los capis

    ResponderEliminar
  11. jajajjajajja.... :-) waaaa que bellos es el amor del hayamin me encanta como fue la historia.... la disfrute al maximo rei con muchas ganas cuando pasaron los momentos comicos.... pero sobre todo con ese final que te deja como siempre con ganas a mas pero tambien con gran satisfaccion por como esta.... gracias!!!!!!!!1... matta ne

    <3 yoosu <3

    ResponderEliminar
  12. fsljfslfjsalfjsal ame el final.. ese CHANGMIN al final acepto a su baka y ya estan viviendo juntos.. y HAYAMIN es amor como hace todo molesta, engrie a su min ♥♥ .. y el regalo de la orquidea al final quiere hacer el amor con su malhumorado...AJFSJDF

    Por favor necesitamos epilogo sensual .. MAKI x favor

    ResponderEliminar
  13. y cayo rendido totalmente ♥

    Estuvo muy divertido
    y me encanta ver rabiar a nuestro gruñon favorito

    Gracias ^^

    ResponderEliminar
  14. Waaaaaa~ lo estaba esperando con ansias y ha llegado xD
    Cayo redondito y rendido a sus pies *^* me encantan demasiado, ame los detalles de Hayami para conquistar a Minnie con las Orquídeas~ eso fue lo que más le llego al corazón a Minnie pienso yo jajajajaja

    Me espere el lemon no lo niego jajajajaja espero que Maki te convenza y pueda saber como será ese "Servicio Real" que le dará Minnie a Hayami *O*

    Gracias Feli~

    Sayomon!!!

    ResponderEliminar
  15. Kyaaaaaaaaa *0* muero totalmente! Por Dios que son amor total :3 se fueron a vivir juntos! Y le dio una florcita roja ;-; grite de emocion :) en verdad me mato el primer beso y los que siguieron despues, Hayami hermoso mereces un premio por tu paciencia, y por todo el amor que le das a tu bello y sarcastico Changmin
    Eso si quede con las ganas de lemon xD
    Felicidad por cumplir tantos años de amistad, un abrazo al la distancia para las dos <3

    ResponderEliminar
  16. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  17. Despues d emuchos obstaculos, por fin he podido terminar de leer el final de esta super cursi historia..y por que auqnue a Changmin le duela(?) fué tan romántica su historia de amor....siempre Hayami ha sabido como llegarle a Min

    Please el lemon!!!

    Gracias por escribir esta historia por el festejo del cumple de Hayami, :)

    ResponderEliminar
  18. Kawaiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii *O* aunque me quede con ganas de leer ese Servicio real del lindo changmin XDDDD pero pues eso quedara a mi imaginacion perver :3 .
    Fue tan bello *W* , enserio que este minifico, tree-shot me gusto mucho *O* , bueno todo lo que escribes esta en mi lista de mejores ficos leidos XDDD y este no se queda atras *O*, kyaaaaa son amorsh puro ♥♥♥.
    me encanto. gracias feli x escribir este fico bello nos leemos ;D

    ResponderEliminar
  19. AHHHHHHHHH!!!! >w< y lo dejas asiii... pleaseeee lo q sigueeeee io tbm qiero leer el servicio real de Changmin *u*

    Hayami en verdad es el hombre perfecto y es toditito para Changmin, a sido lo mejor... son todos unos amores.... lindo lindos y lo de las orquideas uff me desvanecia hehe ;P
    pero me encantaba los pensamientos de Changmin y mas cuando penso si debia liar sexualmente xD q tierno mi Minnie :D... fue estupendo, este va directo a la lista de mis fanfics preferidos elite :D

    Gracias Feli linda y Maki exigele q haga el servicio real del chango ^^

    ResponderEliminar
  20. pero, pero, pero.... me falto el SERVICIO REAL~~ jeje

    me encanta el Hayamin xq Hayami es tan Perfecto para Min~, solo èl lo puede soportar!!!.... pero no solo eso es tan comprensibo, inteligente y acertivo con las cosas q dice y hace para llegar al corazoncito de Min y aunq le cuenta abandonarse a ese sentimiento y su mente y raciocinio casi siempre prevalece para Min Hayami SI q Sabe como ganarselooooooo <3

    Gracias Feli Bellìsimo y Buenísimo como siempre <3 <3 <3 <3 <3

    ResponderEliminar
  21. Waaaaaaaaa~ ♥♥♥♥ El moreno si que se llevo un GRAN servicio esa noche~ xDD ♥♥ Pero da igual se aman!!! xDD De verdad Hayami como haces para conquistar una y otra vez al amargado de Minnie?? xDD Te mereces aunque sea un premio!! xDD ♥♥ Me encantan las orquideas!! Y te imaginaras como sonreia como idiota cada vez que el Japonesito le regalaba cada una de ellas~ *------* Fue tan Precioso!! ♥♥ Me encanto la ultima orquidea! Realmente se merecia un buen servicio~ Lo siguio hasta corea!! Eso solo me hizo amarlo mas~ ♥♥♥ Que regalote de cumpleaños~ xDD Hermosos ~ ♥ Me mataron como 30 veces~ xD Gracias Feli ♥3♥

    ResponderEliminar
  22. Me encanto este three shot *-*
    Hayami tiene una paciencia única con Changmin así que quién mejor que el para Changmin????

    Me sorprendió que Hayami viera en Seul a Changmin y que planeara todo eso para volver a verlo....fue tan lindo eso y las orquídeas *-*

    ResponderEliminar
  23. Ohh mi querido Hayami!! Hasta que recibiras tu recompensa por ser tan paciente y querido con el gruñon de Minnie!!!

    jejej se que te dara un verdadero "Servicio Real" >////<

    Feli muchas gracias por la historia!!!

    ResponderEliminar
  24. Kyaaaa es preciosa la historia!!!!!

    De verdad amo, amo como el mokito soporta el mal humor de Min, me encanta que se haya quedado de pareja oficial!!!!!!!!!!!!

    Y por supuesto, gracias a ti Felina por esta linda historia y el final... estuvo hermoso, por mi si no hay lemon no me molesta asi como dejaste la historia me parece perfecta.

    Gracias

    ResponderEliminar
  25. Quedo precioso... insisto despues de Istar esta pareja me encanta jejeje.
    Que manera de renegar este chico...^^
    Te felicito x tan linda historia
    besos

    ResponderEliminar
  26. que puedod ecir amo esta apreja y tu los haces aun mejor ...ese final dios cuando dijo :
    ( Esta noche habrá para usted un Servicio Real.)
    casi muero al imaginarlo jajajajajja...como siempre genial tus historias...

    ResponderEliminar
  27. Amo, amo el HayaMim por muchas razones, Dios que de verdad es genial la mamera en la que los escribes. HayaMin es Wooo un amor de hombre cuando se trata de enemorar a ChangMin!!!! Gracias Feli

    ResponderEliminar

”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien