**Capítulo 5. Poción De Amor**
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¿Un roce de labios puede ser considerado un beso?
Junsu retrocedió con las mejillas sonrojadas de un no menos avergonzado Kenryu que sintió la mano de su amigo soltarse de la suya. Para luego quedarse hundidos en un incómodo silencio. El pelirrojo había soñado tanto en tener su primer beso con Yoochun, que no podía evitar sentirse decepcionado por eso; no que culpara al castaño por haberse atrevido a tal contacto con sus labios, cuando él mismo no se había apartado; después de todo, tal vez sea momento de dejar de soñar con ese imposible... con Park Yoochun.
- no tienes que hacerlo, Junsu ah, no tienes que renunciar a él y conformarte al estar conmigo… - “¿que acaso le había leído la mente?”… - solo, quiero que me des la oportunidad de quererte, no te pido que me ames porque sé que siempre lo amarás a él, pero déjame estar contigo… - su mano fue a la mejilla del pelirrojo, acariciando suavemente su piel…
El joven Kim podía sentir esa caricia y cierto alivio cubría su corazón, la mirada del castaño le hacía sentir un ligero cosquilleo en la boca del estómago… y aunque en su mente, corazón y alma seguiría por la eternidad su Yoochun, no podía esperar por alguien que seguramente nunca llegará. Su mano izquierda cubrió la que está sobre su mejilla y sonrió… una dulce sonrisa que hizo muy feliz a Kenryu, pero que no ocultaba la tristeza reflejada en los ojos opacos del pelirrojo.
……………………………
- ¿Micky?... – Mimi posó su mano en la mejilla de su novio, ese contacto sacó al pelinegro de un repentino ensimismamiento que lo atrapó misteriosamente… - ¿pasa algo? Te quedaste callado…
- no, estoy bien… - tomó la mano de su novia y entrelazó la propia con la de ella… - se me vino algo a la mente, pero no es importante… - sin embargo, acababa de ser invadido por una sensación que no podría explicar, había sido como cuando pierdes algo importante que tal vez nunca puedas recuperar. Pero así como llegó se fue, cuando su novia lo besó suavemente.
- iremos al partido este sábado, hay que apoyar al equipo de fútbol, además, Mayuko y las chicas presentarán una nueva coreografía para amenizar el ambiente… - Mimi sonrió con alegría.
- por supuesto que iremos, espero que Junsu ya juegue, tengo ganas de verlo jugar… - una sonrisa amplia se curvó en su boca al hablar del pelirrojo, y la chica se dio cuenta, sintiendo un poco de incomodidad ante eso, pero pronto lo olvidó cuando otro beso fue depositado en sus labios.
……………………………
La oscuridad caía desde la alta colina y descendía por el accidentado y maltrecho camino surcado por viejas casas y salpicado por charcos de agua en los que la luna se reflejaba tan solo de vez en cuando cada que las gruesas nubes la dejaban al descubierto en la bóveda celeste. Al final del sendero se erguía una mansión en la que los árboles nunca florecen y cuyas ramas lucen tétricas aun a luz de día.
La mayoría de las habitaciones estaban desocupadas y oscuras, todos los muebles cubiertos por sábanas cubiertas de polvo. La lujosa estancia era la única en la que resplandecía una luz originada por la chispeante llama ardiendo en la chimenea. El sofá más cercano, a lado de ésta, ocupado por un chico de no mas de 16 años, su vista al frente sin mirar nada en específico, pupilas dilatadas y un respirar agitado.
- te lo dije, no puedes usar magia para intentar escapar de mí, consumes tu propia vida en cada ocasión… - un muchacho de unos 27 años, alto, atractivo, gallardo, grandes ojos azules, cabello oscuro desaliñado y una voz grave, se dirigía a él mientras pasaba una hoja más de aquel libro con papel de pergamino y escritura antigua… - Yoo Hwan, eres poderoso, pero muy joven aún…
- no me importa morir, sea o no yo o mi hermano a quien buscas, no tendrás lo que deseas… - la voz del chico sonó segura, aunque claramente aún tenía dificultad siquiera para respirar. Su interlocutor simplemente sonrió.
……………………………
La semana se fue más rápido de lo que muchos esperaban, el estadio de fútbol estaba repleto de jóvenes, familias y grupos que sin haberse conocido antes, ahora formaban barras (porras) para apoyar a uno u otro equipo. El enfrentamiento era contra uno de los institutos más reconocidos de la ciudad, y por ello era una especie de clásico regional en el que se competía por el orgullo de la escuela que se representa.
En los vestidores, ambos equipos nerviosos pero con la disposición y seguridad de llevarse la victoria.
Junsu no formaba parte de la escuadra titular, pero sabía bien que el once que saltará a la cancha dará lo mejor de sí. Incluso Yunho estaba lo suficientemente concentrado, a pesar de no resolver aún ese repentino alejamiento con Jae, quien le huye cada que está cerca de él.
El rumor de un pleito entre los tres amigos ocasionado por el noviazgo de Yoochun con Mimi se había asentado desde el segundo día, cuando al comenzar la jornada escolar ninguno de ellos arribó como solían hacerlo. Micky había llegado con Mimi, ambos radiantes y tomados de la mano causando la euforia y descontento entre gran parte de la población estudiantil, chicas y chicos que habían soñado con ellos. Jae y Yunho, cada uno por su lado, serios, sin dirigirse la palabra, sin mencionar mas que saludos o respuestas cortas al pelinegro. Reuniéndose durante los almuerzos con otras personas, la rutina había sido modificada como nadie esperaba, salvo aquel primer lunes en que todos compartieron mesa…
En fin, volviendo a los momentos previos de dar inicio al partido, Kenryu escuchaba atentamente las últimas explicaciones del entrenador, siempre más emocionado que sus compañeros, como quien lleva la pasión por el balónpie en las venas.
Finalmente, ambas escuadras salen al campo de juego. El equipo de porristas liderado por Mayuko sale moviendo los pompones y dando gritos de apoyo que enardecen las tribunas. Los equipos toman su lugar y aguardan el sonido del silbato indicando el inicio.
En las tribunas, en primer fila, Micky y Mimi sentados juntos, con la casaca de su equipo, con pequeños banderines y gorras para cubrirse del sol. No muy lejos de ahí; Jae, vestido casual, presente por apoyar a su hermano aunque no esté jugando. Y más allá, Minnie, observando a Yunho, tratando de descifrar qué es realmente lo que siente por él.
El primer tiempo inicia y se desata una lucha por el dominio del balón que pateado a lo largo y ancho de la cancha, es manipulado con técnica por uno u otro jugador. Los arqueros tienen poca participación, las líneas defensivas haciendo un gran trabajo impidiendo que los delanteros los rebasen. El sector del mediocampo peleado con ahínco. Fue cerca del minuto 30 cuando el oponente consiguió hacerse del dominio del encuentro, el equipo comandado por Yunho se ha visto obligado a retroceder más allá de la media cancha. A cada intento de salir, ya sea por despeje o en corto, el equipo contrario se apodera del esférico y los pone en aprietos para impedir una anotación en contra. El entrenador observa inquieto desde el área técnica, mirando detenidamente cuál es el problema con su escuadra. Kenryu dirigiendo adecuadamente la defensa, Yunho bajando para apoyar, intentando él mismo avanzar hacia el área chica contraria y poder armar una jugada peligrosa que lo acerque al gol esperado.
Ahn Jung (entrenador) sabe que su contrincante ahora le está dando una cátedra de cómo se juega fútbol, sus muchachos parecen intimidados al saberse recluidos en su propio sector del campo. Las tribunas han comenzado a llenarse de un silencio abrumador por parte de los seguidores de la escuadra capitaneada por el moreno. Mientras que el resto de los presentes no para con cánticos y apoyo para el equipo rival.
Por fin, el silbatazo se escucha y el descanso del medio tiempo llega en el mejor momento, Ahn Jung habla con sus muchachos en los vestidores, reestablece el acomodo de cada jugador, da nuevas indicaciones. Afuera, Micky, a pesar de no gustar particularmente de este deporte, se siente también algo apesadumbrado, no solo por su amigo Yunho (aún cuando poco se han hablado esta semana), o por Kenryu a quien le tiene estima, sino principalmente por el pelirrojo, ese delfín que no paraba de moverse ansioso por su banca, haciendo ademanes frustrados cada que su equipo perdía el balón, o el equipo contrario sacaba un disparo que casi entraba en la portería de su equipo.
Jae en las tribunas hasta se mordía las uñas, demasiado inquieto por el desempeño de su Yunho, es decir, del moreno. Se ha maldecido más de una ocasión porque presiente que en parte es su culpa que, aunque haciendo un buen desempeño, no está dando el 100% al que están acostumbrados. Minnie… él solo espera al resultado final.
Las porristas salieron a la cancha a realizar su rutina y buscar mantener al público (a los que apoyan a su escuadra, por supuesto) animado, en ambiente, lograr que sigan con sus porras, con sus cánticos, con sus gritos de apoyo.
Mayuko y sus compañeras desplegaron una sexy coreografía al ritmo de “Girlfriend” de la cantante Avril Lavigne (n/a si no la conocen les recomiendo que la escuchen xD) Entre los camarógrafos que buscan capturar los momentos más impactantes de lo sucedido durante el partido, incluyendo tomas de las tribunas y las porristas; se encontraba un chico de 1.80 de estatura, delgado, atractivo, cabello oscuro desaliñado, ojos oscuros, cejas tupidas bien definidas, labios gruesos en una sonrisa coqueta, y mentón partido que le daba un toque varonil demasiado atrayente; su nombre, Mizushima Hiro.
Mayuko ha estado enamorada de él desde hace algún tiempo, y en ocasiones ha sido ella quien más se ha intentado acercar a él de una y mil maneras, justo como ahora, con los pasos de la coreografía de una porra que se supone va dirigida a público en general, pero que ella solo realiza esperando que el chico se de cuenta de que hace esos sexys movimientos, dejando ver sus largas piernas que esas diminutas faldas con micro shorts no cubren, así como el vientre plano saltando a la vista con el pequeño top que compone la parte superior del traje de porristas. Pero Hiro solo tomaba las fotos, sin parecer especialmente interesado en una de ellas, pasando luego a las tribunas, haciendo caso omiso del contenido de la letra de la canción que tan minuciosamente había seleccionado la porrista.
Hiro tiene una novia, una chica de último grado, que siendo sinceras, no es tan bonita, ni inteligente, ni… bueno, Mayuko le encuentra todas las fallas habidas y por haber, porque ella es quien quiere ser novia de tan guapo chico. Y está segura, no importa cómo, que Mizushima Hiro será su novio.
Segundo tiempo, minuto 18, cae el primer gol en contra, el equipo de Yunho se desanima, el entrenador resopla frustrado, habían estado haciendo un mejor trabajo, pero aún no habían podido contener el ataque del contrario. Y un gol en contra…
- Junsu, calienta… -
- sí, señor… - el pelirrojo comenzó con los ejercicios indicados, no perdiendo de cualquier manera el curso del juego, su corazón le latía ansioso por ingresar, sabía, sentía que podía hacer algo por ayudar a su equipo. Y su entrenador lo sabía, porque Junsu es uno de esos jugadores con la llamada visión de campo, la capacidad de tener mente fría, de ordenar al equipo aun en las peores circunstancias, de conducir el balón y manejar al equipo contrario para desarrollar jugadas de peligro.
En las tribunas, el pelinegro se alegró cuando vio al delfín calentar a lado de la cancha, se veía realmente bien con el uniforme del equipo, ahora que lo observa detenidamente…
- mierda, porqué estoy pensando estas tonterías… - un ligero carmesí apareció en sus mejillas, y algo en su espalda le generó un extraño calorcito. Mismo calor que sintió Junsu justo cuando se encontraba en la línea de la media cancha esperando porque el árbitro le permitiera la entrada.
Su participación le dio un nuevo giro a su equipo, ahora él los organizaba desde la banda lateral, su posición en el medio campo lo volvía quien dirige la batuta, su velocidad para correr y moverse con balón dominado lo volvía un rival escurridizo con muy buenas ideas para sumarse al frente. Junsu comenzó a separar las líneas del equipo contrario acomodando a sus compañeros y animándolos a lanzarse al frente.
La línea del fondo (defensa) segura y cobijada por el mando de Kenryu, ha adelantado quince metros, tranquilos porque su portero es de los mejores, y ahora, como todo el equipo, está mas confiado e incluso retador a que disparen contra su arco. Junsu sabe que Yunho solo necesita una oportunidad de un buen balón filtrado al área chica y el gol será seguro. Necesitan el empate pronto para poder desplegar el ataque que les permita ir por la victoria. Faltan escasos 10 minutos para que el encuentro termine, el equipo se ha mantenido atacando la puerta rival, llegando ya en un par de ocasiones, mismas en las que el balón ha sido desviado por milagro antes de incrustarse en la portería. Finalmente, en una descolgada que tomó por sorpresa a la defensa rival, el moreno pasó entre ellos dejándolos atrás y perfilándose hacia la portería, desde donde el arquero esperaba listo para detener su disparo. Un tiro potente disparado desde su pierna izquierda, un efecto que llevó al esférico a colarse justo en la esquina superior del arco, haciéndose por fin del gol del empate que fue celebrado con algarabía por sus compañeros y la gente en las tribunas.
Se tuvieron más confianza aun, siguieron con el ataque, Junsu seguía moviendo a sus compañeros, cual piezas de ajedrez, moviéndose de tal forma que, sin temor a exagerar, era como ver al futuro Zinedine Zidane en el campo de juego. Un centro perfecto, Yunho se alzó por sobre los defensas, cabeceando con fuerza hacia el extremo contrario, ahí donde el arquero no consiguió llegar por mas que se estiró, consiguiendo el segundo tanto a favor. Ese que les dio la victoria cuando minutos mas tarde el árbitro silbó el final del encuentro.
Naturalmente, hubo quienes salieron con sendas sonrisas y expresiones de felicidad del estadio, otros que, pese a haber ido ganando, se tenían que tragar ahora una derrota. En los vestidores, los chicos estaban súper contentos por el gane. Cuando ya todos se hubieron duchado y cambiado, cada quien comenzó a retirarse, con el acuerdo de reunirse mas tarde para celebrar.
- hiciste un magnífico trabajo, Junsu, realmente me alegra que estés de regreso… - el moreno le desordenó el cabello, y bastante animado por el momento, salió con una sonrisa en el rostro. Ya afuera, mientras caminaba por el pasillo con el bolso de su equipo deportivo al hombro, Minnie le salió al encuentro tirándosele encima como lo haría una auténtica pareja a su novio.
- ¡¡felicidades Yunho!!... – el menor se le colgó del cuello, y por vez primera le vio sonreír con un sonrojo instalado en sus mejillas.
- gracias, Minnie… - el moreno le tomó los brazos para que lo soltara, tratando de no parecer demasiado grosero al separarlo de él, pero, realmente, no le resultaba cómodo que el menor hiciera eso, podría prestarse a tantas malas interpretaciones.
Justo como la que tuvo cierto pelioscuro que venía caminando y se quedó de piedra al ver el efusivo abrazo entre esos dos. Jae trató de pasar de largo, ignorar ese ardor en el estómago y la incomodidad de su corazón latiendo apresurado en su pecho. Pero Yunho al verlo, y dejando a Minnie con toda palabra en la boca, tomó a Jae del brazo y lo condujo hasta un modesto cuarto donde se guarda equipo de mantenimiento del estadio.
Lo empujó tal vez con demasiada fuerza contra la pared porque escuchó un quejido salir de la garganta de su amigo. Se miraron a los ojos con un rencor instalado en ellos que ni siquiera tenía razón de ser, tan sencillo que sería todo si simplemente hablaran.
- ¿se puede saber que te pasa?… - cuestionó con tono ronco el pelioscuro, tratando de salir de ahí, pero el moreno lo había impedido acorralándolo contra la pared, sus manos flanqueando su rostro, su cuerpo demasiado pegado al suyo.
- ¿se puede saber qué te pasa a ti?… - regresó el moreno, sintiendo un calor quemarle en la boca del estómago…
- no se de qué hablas… -
- déjame te refresco la memoria, el lunes por la tarde dijiste que yo te gustaba, luego de eso me dejaste de hablar, ¡que mierda te pasa Jae!...
- ¡yo te dejé de habla! Fuiste tú quien me ignoró olímpicamente cuando llegaste el martes a la escuela…
- se te ocurrió pensar que tal vez fue porque estabas que echabas chispas por los ojos cuando viste a Yoochun con Mimi tomados de la mano…
- yo no…
- mira, si es él quien te gusta, no tenías porqué mentir diciendo que te gustaba yo para sacártelo de encima… ¡diablos Jae! Sabes lo confundido que he estado estos días por eso… - el moreno se separó, pasando sus manos por su cabello en un gesto de desesperación.
- porqué habría yo de estar interesado en ese ratón idiota… - molesto, el pelioscuro encaró a su amigo, acercándose ahora él al moreno… - lo que pasa respecto a su relación con Mimi es algo personal que en realidad… no te interesa… - se mordió el labio inferior, casi se iba de lengua larga y le contaba a Yunho sobre el enamoramiento de Junsu.
- ¿no me interesa? Creía que éramos amigos… - indignado, el moreno se acercó al pelioscuro, sus cuerpos nuevamente casi pegados, sus rostros muy cerca… ambos respirando agitadamente… - se que me pediste que no te preguntara más, pero… - su rostro se inclinaba un poco, buscando los labios de su amigo… - entonces, porqué dijiste que yo te gustaba…
- porque… - el aliento del moreno se mezclaba con el suyo, ambos a punto de besarse… - porque…
- perdón si los interrumpo… - Minnie abrió violentamente la puerta, dando un portazo e interrumpiendo ese momento, ambos chicos se separaron con un respingo por la sorpresa… -
……………………………
Entre tanto…
- te luciste hoy, Junsu ah, y eso que yo pensaba que no podías jugar mejor… - el castaño esperaba por su… no puede decirse que sean novios, son mas bien como… pretendientes, porque Kenryu sabe que se tiene que acercar a él de a poco, ir ocupando un lugar en el corazón del pelirrojo, después de aquel roce de labios hace unos días, nada mas ha vuelto a pasar entre ellos, si bien se sonríen y buscan un contacto mas personal cada que se encuentran juntos.
- no digas eso… - murmuró apenado, los halagos hacia su persona siempre lo hacían sentir avergonzado… - jugué simplemente con mucha energía… - ya con bolso al hombro, ambos eran los únicos que quedaban por abandonar los vestidores, Junsu se había tardado porque el calor del tatuaje en su espalda le había estado molestando y controlar esa sensación mientras se duchaba le había dado trabajo, suerte que las duchas son individuales, sino, ni siquiera se habría bañado ahí, no se pensaba arriesgar a que nadie mas viera su tatuaje.
- ¿Junsu?... – el castaño lo detuvo antes de que saliera…
- ¿mh?... – el pelirrojo se arrepintió de cuestionar ese monosílabo, Kenryu lo miraba como aquel día, se acercaba para besarlo, y él… él quería salir corriendo, pero al mismo tiempo quedarse y comprobar si un beso de verdad lo podría hacer olvidar a Yoochun, por lo menos lo suficiente para no sentir esa herida en su corazón profunda y sangrante.
Sus labios se encontraron por segunda vez, el castaño sintió ese agradable cosquilleo recorrer todo su cuerpo, el pelirrojo sentía que el tatuaje ardía. Pero se dejó llevar, Kenryu atrapó sus labios con suaves movimientos, moviendo sus bocas en un beso inexperto y nervioso. Hasta que fue tomando confianza y Junsu participó mas activamente de éste, abriendo su boca para que la lengua del castaño saludara a la suya con gentileza.
- ¡oh!... – escucharon una voz conocida por ambos, haciendo que se separaran abruptamente… - perdón, no sabía… - Yoochun cerró la puerta, sonrojado por haber visto a dos chicos besándose, sintiendo una molestia y un ardor en su espalda por haber notado a Junsu como uno de los participantes de aquella muestra de amor. Salió casi corriendo de ahí, volviendo con su novia que le esperaba en el estacionamiento.
- ¿los encontraste?... – le preguntó Mimi con una sonrisa, recargada en la puerta del auto que ella conduce…
- eh... no… - aun se sentía aturdido, y la espalda no dejaba de arderle, pero no era un ardor doloroso, incómodo un poco, pero por alguna razón, no era que le molestara del todo, era como… una cosa inexplicable que le recordaba al delfín, a sus sonrisas, a su mirada llena de vida, a…
- ¡Micky!... – su novia lo sacó una vez mas de su ensimismamiento…
- vámonos ya… - subió al auto de su novia, pero que él conduce cuando andan juntos. Tratando de sacar a Junsu de sus pensamientos, de ignorar esa sensación de desazón cada que la imagen del beso entre el castaño y el pelirrojo vuelve a su mente.
Mimi vio en la expresión de su novio algo que no le gustó, porque sentía que eran secretos a los que no tenía acceso pero que de alguna manera terminarían por alejarlo de su lado.
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Una semana después…
- ¡Que quieres hacer qué cosa! – Mimi gritó sorprendida, sentada con su amiga en la cama de su habitación…
- ay Mimi, tranquila… - Mayuko se tapó los oídos, como si el grito de su amiga en verdad le hubiera lastimado, pero claro, solo estaba bromeando… no así con lo que había mencionado… - qué tiene, somos brujas después de todo…
- pero, pero… ¿una poción de amor? – Mimi la miró con susto… - sabes que las pociones de amor nunca dan amor de verdad, y que si la utilizas puede ser contraproducente si es que estaba destinado que ustedes dos se unieran en el futuro…
- pero… Mimi, tú no entiendes porque Yoochun ya es tu novio, yo en cambio… - puchero, abrazo de oso a un cojín… - Hiro ni siquiera me voltea a ver, y su novia… - el cojín podría perder su relleno en cualquier momento por la fuerza con que es apretado… - odio a esa tipa…
- ni siquiera la conoces… - suspiró resignada la chica de cabello castaño, siempre era lo mismo, y Mayuko decía odiar a la novia de Hiro por el simple hecho de ser su novia…
- no importa… - mirada desafiante… - ¿me ayudarás o no?...
- de acuerdo, pero no vayas a terminar por dar la poción a la persona equivocada, por favor, eso siempre suele ser todo un problema….
- gracias amiga… - la chica de cabello teñido con colores rubio, castaño y cobrizo, abrazó a la castaña contenta por su plan…
……………………………
Día jueves…
Mayuko llegó más temprano que de costumbre a la escuela, Mimi igual, aunque para apoyar a su amiga no haya podido llegar acompañada de su querido ratón. Se fueron directo al aula del periódico escolar donde Hiro seguro está como todas las mañanas, sabía la chica peliteñida (sin ofender) que Hiro es comúnmente el primero en llegar a trabajar en el número de la semana.
Sabía también que su novia no andaría por ahí, y que el chico se tomaba una tasa de café mientras trabajaba, así que la idea era… verter la poción en la cafetera antes de que el muchacho tome su primer tasa de café.
Qué iban a saber ellas que ese día las cosas se darían diferente, que… Hiro no sería el único en tomar su tasa de café… y… qué demonios hacía Yoochun ahí con él… cosa que descolocó por completo a la castaña. Qué hacía su novio ahí!
El ratón había ido para pedirle personalmente a Hiro que le diera un juego de fotografías de… sí, adivinaron, del delfín mientras jugaba… era algo que no había podido evitar, no se lo había podido sacar de la mente desde el sábado anterior… le daba un vuelco el estómago cada que veía a Kenryu y Junsu juntos, regalándose miraditas, y no podía evitar pensar en que se besaban cada que los perdía de vista durante los almuerzos, y desde entonces asistía a los entrenamientos para observarlos, cosa que Mimi ya sabía y que le hacía sentir mas que mal, decepcionada, engañada, porqué era que de repente, así de la nada, Micky se comportaba de esa manera.
Como fuera, el caso es que ambos chicos habían bebido ya del café con poción de amor, ahora, para que diera resultado, se supone que basta con robar un beso, cosa que Mayuko encantada de la vida iba a hacer en ese momento, de no ser porque Yoochun estaba ahí. Así que, habría que esperar la oportunidad idónea.
- oye, porqué no entras y sacas a tu novio de ahí y ya…. – escondidas tras la puerta del pequeño almacén de material de imprenta.
- y qué se supone que diga para explicar que salgo de acá, ¿eh?… - hablaban en voz baja…
- somos brujas, salir de este aprieto debería ser de lo más sencillo…
- cierto… - se miraron y decidieron usar su magia, pero justo cuando la castaña iba a comenzar un hechizo verbal para confundir a los chicos mientras salían de ahí y podían luego fingir llegar desde fuera, Yoochun tomó un sobre que Hiro le ofrecía y salió de ahí… - no es necesario ya, ahora, date prisa y haz lo tuyo… - empujó a su amiga, y ésta salió tropezando de su escondite…
- hola… - saludó torpemente al chico que la miraba con clara interrogante marcada en su expresión. Pero ella decidió que era ahora o nunca. Se acercó rápidamente a él y le robó un beso. Aprovechando esa distracción, Mimi salió de su escondite y fue en busca de su novio, no fuera a ser que alguien se lo besara.
Por suerte, y digo suerte, porque si lo hubiera presenciado, tal vez las cosas serían peores. Mimi llegó a encontrarlo ya cuando las clases iban a comenzar. Y cuando quiso saludarlo con un beso, él se giró un poco así que su beso terminó en la mejilla del pelinegro. Y parecía bastante confundido, con la vista perdida y un sonrojo que no salía de su rostro.
……flashback……
Yoochun y Junsu se habían dado un beso.
¿Cómo había ocurrido tal cosa? Bueno, todo fue un accidente en realidad, pero uno que no iba a traer nada bueno para nadie. Junsu venía caminando pensando en cierto pelinegro con quien justamente fue a chocar. El asunto es, que sus labios se unieron porque, al resbalar el ratón con el piso mojado (al otro lado del pasillo se podía ver al conserje trapeando felizmente) se llevó en el acto al delfín, cayendo sobre él, y por la inercia de la caída se habían dado ese beso. Después de ese primer contacto, la poción de amor hizo efecto y, tal vez impulsados por ese algo mas que sienten, claramente definido en el delfín como amor, incomprensibles celos y atracción por parte del ratón, habían terminado besándose con un poco mas de entusiasmo.
Cuando se separaron (y misteriosamente nadie los había visto), el pelirrojo estaba fuertemente sonrojado, pensando en que era uno mas de sus sueños y que en cualquier momento despertaría al caer de su cama. El ratón se puso de pie, confundido por lo que acababa de pasar, pero extrañamente contento, sintiendo deseos de volver a probar esos labios.
Y luego, cuando Junsu se puso de pie por cuenta propia, descubriendo que no despertaba y que ese beso había pasado de verdad, chicos y chicas comenzaron a llenar los pasillos llegando para iniciar el día. Así que ni siquiera habían tenido oportunidad de hablar, el pelirrojo se fue corriendo hacia su aula, mientras el pelinegro iba a la suya con muchas ideas pasando por su cabeza.
……flashback……
Continuará……
**Capítulo 6. Mitsuo Inamoto **
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Mimi ya no le preguntó, por el momento, nada a Yoochun, el profesor acababa de entrar, pero, era claro que algo había pasado con su novio. Ahora se preguntaba quién habría osado besar unos labios que son solo suyos, quién habría podido robarle un beso a SU novio.
Yoochun estaba en la nube, no podía sacarse de la mente a Junsu, al sabor de sus labios, el color de sus mejillas cuando se separaron, ese precioso carmesí que lo hacía lucir tan adorable. ¡Cielos! Ese beso lo había hecho llegar a la luna y traerlo de regreso en un santiamén. Y sin embargo, había un claro malestar clavado en su estómago, algo no acababa de encajar en ese sentimiento que tenía hacia el pelirrojo.
- qué me pasa contigo, delfín… - murmuró, el resto de sus compañeros en clase. Su novia, sentada a unos lugares al frente y a su izquierda, al parecer tan pensativa que duda que sea por tratar de comprender la verborrea del profesor. Y eso, de alguna manera, lo hacía sentir mal… qué hará ahora, qué explicación le dará a Junsu cuando lo vea, o simplemente fingir que nada pasó, aunque… algo pasó, cierto? Es decir, se besaron… - qué hago, Mimi… - murmuró nuevamente, mirando a la castaña, observando detenidamente su cuerpo, las facciones de ese rostro femenino que por meses lo hizo suspirar y soñar con estar como ahora, juntos, saliendo, disfrutando de un noviazgo que debería estar más fuerte que nunca, pero que ahora sentía pendía de un hilo… - y todo por un beso que ni siquiera sé porqué dí…
……………………………
Hora del almuerzo. Mimi le pidió a su novio que la acompañara a uno de los jardines, donde podían hablar a solas, sin nadie alrededor tratando de escuchar conversaciones ajenas.
- Micky, ¿me amas?... – el viento soplando suavemente, moviendo el cabello castaño de la chica…
¿Cuántas veces le ha dicho él que la ama? Realmente, tal vez una, sinceramente… ninguna… pero lo siente, ¿no? Es decir, está enamorado de ella, porque lo está, ¿cierto? ¡¡Maldición!! Porqué Junsu sigue apareciendo en sus pensamientos, porqué no puede concentrarse en su novia, si es la única persona al frente, ella que le mira con cierto temor en sus ojos, que se muerde el labio inferior como temiendo la respuesta… esa tan sencilla que no debería estar dudando. Hace cuánto está callado, dejando que su mente trabaje y trabaje por algo que su corazón se supone tiene claro. ¿Que si la ama? ¿Que si la ama?
Mimi quiso mantener su mirada fija en la de su novio, pero… dolía, dolía ese silencio en que se habían sumergido… pero, honestamente, ¿cuántas veces le ha dicho que la ama? Ninguna, le ha dicho “Te Quiero”, le ha dicho que está enamorado de su persona desde tiempo atrás, le ha confesado que se ponía nervioso cada que la veía, que sonreía como estúpido cada que alguien comentaba la linda pareja que harían, que sentía inconformidad cada que la liaban con alguno de sus amigos… y… ella comprende ahora, que esa poción de amor le estaba dando demasiadas cosas en qué pensar, porque si bien tan sencillo como revertir sus efectos, tiene esa sensación de que ya nada será igual entre ellos.
Y el silencio continuó ahí, reinando de tal manera que… dolía… a ambos le parecía que esa sencilla pregunta movía demasiadas cosas en su interior. Una pareja de novios apareció riendo tontamente mientras se besaban y sus manos inquietas recorrían la espalda del otro. Y eso fue suficiente para que Yoochun y Mimi salieran rápidamente de ahí, dejando a esos dos chicos con sonrisa nerviosa y el rostro sonrojado de haber sido pillados in fraganti. El pelinegro y la castaña simplemente siguieron caminando en silencio, sin mirarse, sin tomarse de la mano. Hasta que en un punto, ella tomó un camino diferente, necesitaba estar sola, por su propia salud mental, necesitaba estar sola. Subió hasta la azotea, se sentó en el duro suelo y decidió esperar a que la campana anunciara el inicio de la siguiente clase.
Porqué es que esto pasaba justo ahora, era acaso que el destino para ellos no era estar juntos? Debería consultar al oráculo de la familia y saberlo? Después de todo, son pocos quienes tienen la habilidad mágica de ver el futuro. Y ella… ella realmente necesita saber si permanecerá a lado de su querido Micky… ella… ella de verdad le ama.
……………………………
- ¡¡¡Junsu!!! – gritó Minnie, el pelirrojo respingó en su lugar, sentados con Jae en la misma mesa en la cafetería… -
- ¿qué pasa?... – cuestionó inocentemente, varios alrededor mirándolos con curiosidad. Kenryu llegando a sentarse con ellos. El beso con el ratón en su mente. El castaño mirándole con ternura. Incómodo.
- eso, qué te pasa, andas en la nube… - cuestionó su hermano, bastante incómodo con el menor ahí, que todavía no puede olvidar su interrupción el sábado pasado. Y lo maldecía por haber llegado, pero al mismo tiempo casi se lo había agradecido, porque… ¡Merlín! Estuvo a punto de besarse con su amigo de toda la vida, con el moreno. Que para colmo de males, incrementando su suerte (mala, según el chico) de las últimas semanas, ya no le habla a ninguno de ellos.
- ni intentes eso, Minnie… - objetó con el rostro sonrojado a más no poder, bloqueando a último momento ese recuerdo en específico, antes de que su amigo, habiendo osado entrar en su mente, lo pudiera ver.
- bueno, entonces dinos qué te pasa, desde esta mañana cuando llegaste al salón andas como ido con esa expresión de idiota enamorado a quien le han dado su primer beso… - “porqué Minnie tiene que decir siempre las palabras exactas en el momento menos oportuno”
Junsu abrió la boca para decir algo a su favor, inventar alguna excusa de su embobamiento temporal, pero… cómo olvidar ese beso, con el que había soñado por tanto, tanto tiempo. Ok, no era el primero, después de todo Kenryu le ha besado ya en dos ocasiones, pero... Toda palabra quedó truncada en su garganta, demasiado tarde para evitar que su rostro enrojeciera a más no poder, que el anterior brillo de sus ojos hubiera vuelto a ellos, que su corazón latiera apresurado y que la sonrisa de idiota enamorado se curvara inconscientemente en sus labios, que el mundo desapareciera otra vez para él y se quedara pasmado con ese recuerdo, tan preciado, tan onírico… se había besado con Yoochun y de alguna manera seguía creyendo que en cualquier momento despertaría.
Kenryu le miró y sintió congojo en su corazón, no necesitaba estudiar la actitud de su amigo, porque después de que el ratón los hubiera sorprendido el día del partido e interrumpido un beso que podría haber sido más profundo; el pelirrojo le había pedido disculpas una vez más, le había dicho que no podía, que no era sencillo para él tratar de amar otra vez cuando todo su corazón seguía latiendo por la misma persona. Y recuerda con nostalgia y decepción cómo Junsu había derribado ese casi invisible lazo que se formaba entre el corazón de ambos; dejando solo esa delicada línea de amistad, esa que tantas y tantas veces ha querido rebasar y que una y otra vez le hace retroceder al mismo campo de la camaradería. A pesar de los roces, de las miradas nerviosas, de los ligeros sonrojos del pelirrojo al estar con él, nada… nada era comparado con esa expresión que ahora cubre a Junsu.
Minnie se mordió la lengua (figurativamente), dándose cuenta de que una vez más hablaba sin pensar, dejando que esos raciocinios, si es que podía llamársele de tal forma, salieran de su boca con naturalidad. Descubriendo ahora cuán doloroso puede ser querer a alguien que sabes nunca, o difícilmente, corresponderá tus sentimientos.
Jae buscó con su mirada a Yoochun en la cafetería, sin haber obtenido, claro está, suerte en ello. Se puso de pie y sin decir nada a nadie, salió en su búsqueda. Para que su hermano estuviera así, era porque realmente algo había pasado con el ratón, y el pelioscuro no estaba dispuesto a permitir que lo fuera a lastimar, que le diera falsas esperanzas, puesto que su amigo sigue saliendo con Mimi.
Llevaba tanta prisa de encontrarlo antes que las clases se retomaran, que decidió hacer uso de su magia para dar con él. Bastaba con concentrarse en él para visualizar una imagen del lugar en que estuviera. De sus dones, el que más le agrada, siempre puede saber dónde está cada persona importante para él; es un tipo de telepatía que va de la mano con su don de oclumancia, ya que solo puede visualizar cosas presentes o futuras, jamás el pasado. Llegó hasta el aula de música, donde el pelinegro tocaba una triste canción en el piano.
Y por la expresión de confusión y abatimiento, Jae casi se arrepintió de ir con la intención de reclamarle cualquier acercamiento íntimo (entiéndase, como algo más que amigos, no explícitamente pasional) con Junsu.
- hace tiempo que no te veía tocar esa canción… - el pelioscuro se quedó de pie a lado del piano, de frente a Yoochun, quien, a pesar de la interrupción, no dejó de tocar las notas de aquella canción.
- hacía tiempo que no tenía motivo para ello… - respondió con una débil sonrisa. Pensando en el porqué de la aparición de su amigo. ¿Será que Junsu le dijo lo que había pasado entre ellos esa mañana?...- un juego del destino que hace daño al corazón… - pensó, el rostro sonriente de Mimi y el sonrojado de Junsu se mezclaban una y otra vez en sus pensamientos como un tornado que confunde y hace temblar todas sus emociones.
- lo besaste, ¿cierto?…
- ni siquiera se porqué lo hice, en realidad, fue un accidente…
- quiero golpearte, sabes…
- no me importaría que lo hicieras…
- tienes que hablar con él…
- lo sé, aunque no tengo idea de qué decirle…
- la verdad podría ser muy útil, si fue un accidente… - la última nota de la canción que su amigo tocaba se escuchó bastante mal cuando los dedos del ratón golpearon con fuerza las teclas… - a menos que, no haya sido un accidente del todo…
- ¡mierda!... – Yoochun suspiró con frustración… - ¿Junsu te lo dijo? ¿o soy como un libro abierto en el que puedes leer todo lo que te venga en gana?…
- lo segundo… - una sonrisa apareció en la boca de Jae, a pesar de todo, podría ser que al ratón si le guste su hermano…
- pero Jae, no tengo idea de lo que siento, no se lo que sentí al besarlo, no sé lo que haré ahora con Mimi, es mi novia y… la quiero… - porqué es que no sonaba tan convencido como juraría que podría haberlo hecho apenas unos días atrás…
- Yoochun, ¿no sabes lo que sientes por mi hermano desde esta mañana, o desde antes?… - preguntó suavemente…
- no sé… tal vez… tal vez desde antes, pero… - cualquier palabra más que saliera de su boca, ningún sentido tendría. Se quedaron en silencio un rato más, como que esos silencios el día de hoy (y eso que apenas si ha avanzado la mañana) se le están haciendo costumbre… una del todo cómoda, si le permiten la aclaración… - ¿cuándo piensas arreglarte con Yunho? Ya me cansé de que me mire como si fuera la causa de sus problemas, y que se la pase malhumorado solo porque estamos en el mismo salón.
- he sido demasiado estúpido al respecto, lo acepto, pero… lo que dije aquella vez, de que me gustaba, no se porqué lo dije, simplemente me salió, pero… no puedo estar enamorado de él…
- válgame, y venías a ayudarme con mi confusión cuando vas por las mismas… - sonrieron ante tal descubrimiento… -
- ¿aceptas entonces que es probable que de hecho mi hermano te guste?...
- Jae, eres su hermano mayor, ¿no deberías estar sorprendido o renuente a que un chico guste de él?…
- no, porqué, a él… - “le gustas”… - es a quien debe preocuparle en dado caso, yo siempre lo apoyaré en lo que elija, y créeme, no siempre tiene las mejores decisiones, pero… ¿a ti te preocuparía sentirte atraído por él? – el pelinegro simplemente se encogió de hombros, la campana sonando… - de cualquier forma, habla con él… - dicho lo cual, ambos amigos se retiraron rumbo a su siguiente clase, en la que ni Mimi, ni Mayuko se aparecieron.
……………………………
- Mimi, deberíamos entrar a clases… - la peliteñida fue llevada por su amiga a la azotea donde había estado todo el receso del almuerzo.
- sé que estás feliz porque tu plan funcionó con Hiro, he escuchado a Yumi llorar desconsolada en el baño, lo cual solo puede significar que haya terminado con ella, pero, ahora, sin afán de menospreciar tu felicidad, necesito que reviertas los efectos de la poción que MI novio también consumió, por si lo has olvidado…
- pero, dijiste que nadie lo había besado…
- dije que creía, que nadie lo había hecho, pero… - recordó lo sucedido unos minutos antes… - él no fue capaz de decir que me ama, eso solo puede significar que se enamoró de alguien más por esa maldita poción que tenías que hacer… - espetó con evidente molestia, su amiga le miró con los ojos abiertos de par en par, ellas nunca pelean, nunca discuten, pero debe admitir que lo que pase entre Mcky y Mimi solo puede ser consecuencia de su deseo irrefrenable de tener a Hiro, así hubiera sido solo por magia.
- la poción que hice fue solo para que tuviera efecto de enamoramiento en humanos sin magia, si el rumor de que Yoochun es un mago es cierto, él no tendría que haberse enamorado, y la poción de amor que bebió simplemente confundiría sus pensamientos y sentimientos respecto a la persona que lo haya besado…
- aún así, necesito que hagamos el antídoto… -
- de acuerdo, pero… - se mordió el labio inferior…
- pero… - la castaña la miró con temor…
- si Yoochun no es un mago, sabes lo que pasará si le das el antídoto y el sentimiento que tiene por ti no es amor verdadero… - ante las palabras de su amiga, la castaña pareció recordar solo entonces aquello…
- olvidará quién soy… todo antídoto de poción de amor tiene esa consecuencia en los no magos, como una especie de castigo por atrevernos a tratar de tener algo que no está destinado a ser nuestro… - en otras circunstancias, días antes, Mimi no habría dudado del amor de su novio, pero… ahora, realmente no sabe qué pensar…
- haré el antídoto, en un par de días estará listo… - Mayuko se sentía muy mal por su amiga, y se sentía culpable por verla así, después de todo, si ella no hubiera hecho aquello por obtener el amor de Hiro, aunque sea mas una ilusión mágica que un verdadero sentimiento, nada de esto estaría pasando…
- no… no lo hagas… - murmuró la castaña… - si él me ama, la poción no debe de ser tan fuerte como para sacarme de su corazón…
……………………………
Yumi Omhura… chica de 16 años, no popular, inteligente, estatura promedio, cabello oscuro, ojos expresivos y simpática. Ahora se encontraba en el baño tratando de controlar el llanto por el rompimiento con su, ahora exnovio, Hiro Mizushima.
Simplemente no lo podía entender, habían estado tan bien hasta el día anterior, no había hecho nada como para que se molestara o le dejara de querer así, de la noche a la mañana, no es un chico que se pueda llamar mujeriego como para pensar que fue solo un pasatiempo en la vida de él. Tampoco puede decirse que no sea de sentimientos sinceros, si había podido sentir cada beso, ese cosquilleo inquieto cada que la miraba con aquella expresión que ella solo podía definir como enamorada.
Entonces, porqué es que Hiro había llegado a decirle que todo terminaba, que no la amaba, que ese sentimiento por ella había desaparecido cual grabado en la arena de la playa que es borrado por el pasar incesante de las olas.
Mimi decidió volver a su casa, se sentía suficientemente mal como para querer arreglar nada con Yoochun ese día, tal vez si él se daba cuenta de su ausencia, la llamaría o buscaría y entonces esa horrible sensación desaparecería y las cosas volverían a ser como antes.
Mayuko, por otro lado, volvió a la clase, esperando que el castigo de la profesora no tenga consecuencias de las que preocuparse, como que le impida salir a tiempo para tener esa reunión con Hiro antes del ensayo del equipo de porristas. En eso iba pensando cuando, forzosamente, pasó por los baños del pasillo que lleva a las escaleras que dan a la segunda planta donde se ubica su salón. Y pudo escuchar el sollozo de Yumi, sintiendo entonces la culpabilidad por haber hechizado a Hiro, a pesar del amor que le tiene a él, de haber dicho una y mil veces que odiaba a esa chica por el simple hecho de estar con el chico en cuestión; se daba cuenta ahora de la magnitud de su acto. Del dolor que había terminado por causar en su mejor amiga, del que era claro en Yumi por esos lastimeros sollozos ahogados.
- qué hice… porqué no pensé las cosas mejor antes de hacer lo que hice… - murmuró, una mano en la perilla de la puerta, deseando entrar y disculparse con la chica, pensando en que tal vez de cualquier manera sea conveniente hacer el antídoto y dárselo a Hiro… - pero… y si me olvida? Yo lo quiero, en verdad lo quiero… -
……………………………
Yoochun se extrañó de que su novia, porque aún lo es, no haya vuelto ya a las clases… por suerte Mayuko si lo había hecho…
- Mayuko, disculpa, ¿has visto a Mimi?...
- eh… - la peliteñida saltó en su lugar por inercia, estaba tan sumida en sus pensamientos que solo fue consciente de la presencia del pelinegro cuando le tocó el hombro…
- perdón, no quise asustarte…
- no pasa nada… este, Mimi… ella, se fue a su casa…
- oh, gracias, nos vemos… - con una opresión en el pecho, el ratón salió de prisa del salón, caminando sin mirar por dónde iba, concentrado en solo hablar con su novia, tratar de aclarar las cosas… - ¡Diablos! Cómo se supone que se arregla algo que ni siquiera sabes porqué está mal… - paró en seco cuando vio al pelirrojo saliendo de su aula, tragó nervioso cuando notó el sonrojo que rápidamente cubría el rostro de Junsu.
Los dos se quedaron de pie, a varios metros de separación, sin poder moverse, con el corazón latiéndoles a mil por hora, la incertidumbre clavada en el estómago; chicos y chicas pasándoles por un lado, como si el tiempo hubiera dejado de existir para ellos. Junsu se preguntaba apenas qué era lo que pasaría, había estado en su nube todo el día simplemente divagando en la sensación del beso, pero solo en este momento, cuando lo tiene nuevamente ante sí, se pregunta qué es lo que irá a pasar entre ellos. Yoochun maldijo por lo bajo cuando vio que Kenryu, habiendo pasado antes por su lado, se acercó al pelirrojo para decirle algo al oído, que hizo que un fuego en su interior quemara. Y luego lo vio alejarse, partiendo como todos los demás, pero Junsu seguía ahí, de pie, como esperando a que él se acercara y le dijera algo.
Los pasillos se quedaron vacíos, el silencio era, otra vez, lo único que ocupaba el lugar. Junsu no sabía qué pensar o hacer, podía ver en la mirada del pelinegro la confusión. Yoochun quería salir corriendo de ahí, no tener que hacer o decir nada, porque siendo francos, no tiene idea de qué. El suspenso era tal, que incomodaba, dolía, el pelirrojo fue consciente entonces de que ese silencio, ese quedarse quieto solo podía significar una cosa, que no encontraba la forma de hacerle saber que todo había sido solo un accidente, eso y nada más, y que a diferencia de él, al ratón no le había significado nada en especial.
Es tan fácil construir castillos de ilusiones, pero lo es más, derrumbarlos con solo una mirada, y la del pelinegro bastó en ese instante. El pelirrojo bajó la cabeza avergonzado y decepcionado, molesto consigo mismo por haberse ilusionado con tal facilidad… oh, es que el amor así es, te envuelve y cualquier detalle, mirada, sonrisa, caricia… un beso por accidente… consigue que te imagines toda una vida de felicidad.
Sintió las lágrimas acumularse en sus ojos, pero no quería, no podía ahora llorar delante de él, trató fuerte de que no salieran, consiguiendo apenas contenerlas en los bordes de sus ojos. Caminó a paso veloz rumbo al pasillo de salida, tenía que salir de ahí, alejarse. No volteó hacia Yoochun mientras sus pasos lo llevaban lejos del alcance de ese chico que ama pero que tanto dolor le causa.
El pelinegro reaccionó tarde, cuando ya el pelirrojo había salido, cuando se había echado a correr rumbo tal vez a su casa. Y quedó más confundido aún, ¿el delfín le odiaría ahora? Cómo exactamente tiene que interpretar todo lo que ha pasado. Se quedó de pie en el umbral de la escuela, tratando de tomar la decisión correcta, de no equivocarse más, de no hacer daño.
……………………………
Aquel hombre de enormes ojos azules y voz grave que tenía a Yoo Hwan bajo su poder, se encontraba ahora en aquella mansión en Kyoto, donde un chico de 17 años le miraba con rencor.
- no deberías de molestarte en mirarme de esa manera, no es como si pudieras eliminarme de la faz de la tierra por ello… -
- sé lo que has venido a pedirme, y también que no puedo negarme, pero, nada impedirá que te mire como me venga en gana… - le respondió el joven con seguridad, sus manos empuñadas, mirada fiera.
- me gusta tu carácter, ojalá estuvieras de mi lado por convicción y no por tu madre… - el hombre se acercó a él, mirando de arriba a abajo a ese chico… - no me importaría tener tus favores de otra manera, sabes… - mirada lasciva…
- te pudrirás en el infierno cuando tus planes se vean frustrados por quien sea portador del Gen de Dragón… - el chico sintió un escalofrío cuando sintió que su cuerpo era desnudado por la vista del ojiazul.
- eso lo veremos, no olvides lo que te diré ahora, o tu madre será quien pague las consecuencias de tu ineptitud… -
……………………………
Ese día fue tal vez el más largo para todos nuestros jóvenes protagonistas.
Jae pasó toda la tarde con su hermano consolándolo sin mediar palabras, apenas si Junsu había conseguido concentrarse en el entrenamiento, evadiendo a Kenryu, sintiéndose culpable por no ser capaz de darle una oportunidad, de dársela a sí mismo, de amar a Yoochun cuando éste ni siquiera pudo dar una explicación de nada con ese beso.
Mimi lloraba en su habitación, el pelinegro acababa de partir, habiendo ido solo a pedirle tiempo para pensar algunas cosas, disculpándose con ella, recibiendo una bofetada de la chica cuando aquellas palabras salieran de su boca, no culpándola, sintiendo que el mundo alegre en el que se había encontrado por años desaparecía a su alrededor con la facilidad con que un espejismo se levanta y pierde en el desierto.
Mayuko en su casa, el antídoto en su mano, mirándose al espejo mientras una lágrima roda por su mejilla. Sintiendo un dolor en su corazón que punzaba. Ni siquiera había sido capaz de presentarse en aquella heladería del centro con Hiro como habían quedado, ni de hablar con Yumi, ni de ver a su amiga después de clases. Simplemente había vuelto a su casa para hacer el antídoto, antes de poder arrepentirse de hacer lo correcto.
……………………………
Minnie caminaba por la calle sumido en su propio mundo, venía de ver por cuarta ocasión la exposición en el Museo de la Edad Media. Adoraba caminar por esa calle por la noche, porque estaba sola, podía pensar en ella con suma tranquilidad, la oscuridad casi total le daba una agradable sensación de privacidad, el viento fresco era como un murmullo que aclaraba sus pensamientos. Además, ahora que lo piensa, cruza con la casa de Yunho, siempre le pareció curioso que esa calle fuera su favorita, ahora cree entender el porqué…
El moreno venía en sentido contrario, caminaba con la vista clavada en el suelo, las manos en los bolsillos de su chaqueta. A dónde iba, tal vez a dar la vuelta por ahí simplemente.
- hola… - pero el menor no desaprovecharía por nada del mundo la oportunidad de saludarle…
- ah, hola Minnie… - el moreno sonrió al verlo, últimamente le ve a menudo. Y es como un alicante porque es el único que lo sigue viendo y tratando como un amigo. Jae apenas si le habla, Yoochun igual, Junsu parece tener sus propios problemas y está seguro que de no ser por los entrenamientos, igual poco repararía en su persona. Kenryu, bueno, él es un buen compañero y podría decirse amigo, pero puede sobrevivir sin su amistad.
- ¿cómo estás?... – ay, esa fue una pregunta tonta, es decir, lo acaba de ver hace no mas de cinco horas en la escuela, no es como que algo grandioso le hubiera pasado en ese tiempo, ¿o sí?
- bien, Minnie, gracias por preguntar… - pero la triste sonrisa que se curvó en sus labios y que el menor pudo ver gracias a la luz bajo la cual se encuentran, delataban la verdad.
- aún no se hablan bien Yoochun, Jae y tú, ¿verdad?…
- no, pero… no importa… siempre se puede hacer nuevos amigos… - palabras que dolían, sensación acuciante ante la sola idea de perder la amistad de esos dos, de Jae sobre todo.
- claro que te importa, se nota que los extrañas, si Junsu y yo peleáramos seguro que me sentiría igual que tú… - era raro, en serio, era raro que al menor se le diera andar tratando de consolar a alguien, tal vez solo con el pelirrojo es así, pero… el moreno en verdad le importa…
- tienes razón Minnie, pero, no puedo obligarlos a que volvamos a ser los amigos de siempre…
- pero puedes ser sincero y hablar con ellos, sobre todo con Jae hyung, se nota que es la separación con él la que mas te atormenta… - el moreno le miró con los ojos abiertos de par en par, tan transparente era? El menor sentía un vacío en el estómago por decir aquello. Y se sonrojó violentamente cuando sintió los brazos de Yunho alrededor de su cuerpo.
- eres un buen amigo, Minnie… - le susurró al oído. Cuando lo soltó, pudo notar las mejillas sonrojadas del menor, y creyó que tal vez había sido muy efusivo al abrazarlo cuando le desvió la mirada claramente avergonzado. Y él no sabía qué hacer al respecto, porque si resultaba que le gustaba al menor, él solo conseguiría hacerlo sufrir al no poder corresponder sus sentimientos.
……………………………
El salón del último año se llenó de murmullos cuando un nuevo compañero se presentó. Bueno, que el asunto no fue que se trata de un estudiante nuevo, sino el que haya besado el dorso de la mano de Mimi al pasar por su lado y dirigirse a su asiento en la última silla de esa fila.
Mitsuo Inamoto es su nombre. Chico de 17 años, rasgos japoneses, ojos oscuros como la noche, cabello castaño oscuro desaliñado, labios gruesos, 1.82 de estatura, porte garbo y apariencia misteriosa que dejó anonadadas a todas las féminas del aula.
Mimi sintió que sus mejillas se cubrieron de un sonrojo porque le ardían. Yoochun había sentido un ligero vuelco en el estómago, pero no los celos que debería si amara a la chica como creía. Yunho mandando un texto al móvil de Jae, quien al leerlo curvó una enorme sonrisa.
Continuará……
jooooooooooooo nuevo personaje... nueva historia*O*
ResponderEliminaramos!!!! que todos se arreglen de una vez!!!! T^T